viernes, 30 de abril de 2010

Historia de Roma V. República II.


Tras la instauración de la República, la autoridad real hasta el momento existente en Roma no fue suprimida de manera drástica, el cambio que se produjo fue la sustitución del rey vitalicio, por dos reyes que se elegían anualmente, llamados «cónsules» —los que debían estar de acuerdo—, y que aglutinaban todo el poder en sus manos. La autoridad suprema era ostentada por cada uno de forma plena (no repartida), tenían poderes religiosos, judiciales y militares, eran los jefes de ejército.
El ejercicio de la autoridad suprema por dos personas hacía que se nivelaran las acciones políticas ya que cada cónsul podía revocar las órdenes dictadas por el otro. Esto otorgaba, junto a la limitación del mandato a un año para evitar excesos, a la institución consular un carácter especial y acompañó a la República durante toda su existencia.
La caía de la monarquía y la instauración de la república se produjo, principalmente, por la unión de clases del pueblo romano para alcanzar ese fin bajo el lema SPRQ —Senado y Pueblo de Roma—. Tras la creación de la república, las clases sociales quedan en dos grandes grupos: los patricios y los plebeyos. Los «patricios» eran los descendientes de los Pater Familiae, —los fundadores de la ciudad— y poseían las mejores tierras, acaparaban las funciones administrativas y controlaban el Senado. Por su parte los «plebeyos» era el resto del pueblo romano y podían pasar a formar parte de los «esclavos» por deudas. Esto producirá una lucha contra los patricios la igualdad de derechos civiles y políticos.
Las primeras guerras.
Los primeros cónsules de Roma fueron los artífices del derrocamiento de la monarquía Lucio Junio Bruto y Tarquinio Colatino. Este último se vio obligado a dimitir al ser acusado de ser familia del último rey y fue elegido en su lugar Publio Valerio, amigo de Bruto. La intención de Bruto era reinar en solitario y sin oposición hasta que una conspiración para su derrocamiento fracasó, momento que aprovechó Tarquinio para declarar la guerra a Roma, con el apoyo de Veyes, siendo derrotado por los nuevos cónsules romanos. Tras la derrota, Tarquinio buscó el apoyo de Lars Porsena, rey etrusco de Clusio, al que convenció para atacar Roma y la sitió con un potente ejército.
Para levantar el cerco los jóvenes romanos se conjuran para asesinar a Porsena y el encargado de realizarlo fue Gayo Mucio quien se infiltró en el campamento estrusco y asesinó al secretario en lugar de al rey. Mucio, ante Porsena, metió su mano en un brasero al tiempo que le decía "así castigo a la mano que se equivocó de objetivo; tenía que haberte matado a ti", con esto se ganó el apodo de scévola —el zurdo—. Impresionado el rey le perdonó la vida y Mucio le dice que el campamento está rodeado de jóvenes romanos conjurados para matarle. Temiendo por su vida Porsena pacta con los romanos, retira el cerco de Roma y pone fin a la guerra.
Ante este contratiempo, Tarquinio busco apoyo esta vez en los Latinos. Los romanos al mando de Aulo Postumio, derrotan definitivamente a los latinos que son obligados a una alianza forzosa bajo dominio romano como cabeza de la Liga Latina.
Los primeros tiempos de la República no fueron nada fáciles, con los pueblos vecinos en constante lucha y con las propias tensiones internas, y quizás por ello forjaron un carácter que les llevó a conquistar todo el mundo conocido.

viernes, 16 de abril de 2010

Hallan las tumbas de los trabajadores de la Gran Pirámide

Otro gran descubrimiento se ha producido en Egipto cuando un equipo de arqueólogos de esa nacionalidad has descubierto una serie de tumbas que pertenecieron a los trabajadores que construyeron la Gran Pirámide de Keops y la Pirámide de Kefrén.


Foto del Consejo Supremo de Antigüedades Egipcio

Este gran descubrimiento propicia un gran paso adelante en el conocimiento de la vida de los obreros del Antiguo Egipto y arroja luz, principalmente, sobre la vida en las primeras dinastías unos 2500 años a.C.

El arqueólogo egipcio Zahi Hawas, Secretario General del Consejo Supremo de Antigüedades de Egipto (CSA) en una nota respecto a este hecho, ha dicho: "esta es la primera vez que se hallan tumbas como las desenterradas durante los años 90, que pertenecían al última periodo de la IV dinastía y a la V (2649-2374 a.C)" y matizó además que "estas tumbas fueron construidas junto a la pirámide del rey, lo que indica que de ningún modo esta gente era esclava. Si hubieran sido esclavos no hubieran podido construir sus tumbas junto a la de su rey",

Los arqueólogos explican que la tumba más importante de las encontradas es la de Idu, un trabajador de clase acomodada ya que ésta tiene forma rectangular y una cubierta exterior de adobe y de forma abovedada, según la tradición religiosa menfita.

Las tumbas encontradas han permitido determinar que los trabajadores, no eran esclavos y, pertenecían a familias acomodadas del Delta y del Alto Egipto, que les alimentaban y los rotaban cada tres meses. Hawas determina que estas familias no pagaban impuestos sino que colaboraban en las obras del país, que en la construcción participaron unos diez mil trabajadores y que se trabajaba todo el año aunque los bloques de piedra sólo se trasladaban en la época de crecidas del Nilo cuando el agua llegaba hasta las inmediaciones de la zona de trabajo.

miércoles, 14 de abril de 2010

Hallan la puerta de una importante tumba egipcia


La noticia de que un grupo de arqueólogos egipcios descubrieron hace poco, en karnak, (Luxor) una puerta de 3.500 años de antigüedad, fabricada en granito rojo, de 175 cm de alto, 100 cm de ancho y 50 cm de grosor, con inscripciones religiosas en forma de jeroglíficos y que sellaba la tumba del asesor real o ministro, de la reina-faraón Hatchepsut, User y su esposa Toy, ha permitido profundizar más en la historia de una cultura tan apasionante como lejana e intrigante.
La puerta había sido removida de su lugar original de la tumba e incorporada a la pared de una muralla romana, construida más de un milenio después, delante del templo de Karnak. Las puertas falsas eran colocadas en las paredes occidentales de las tumbas, en frente de mesas en las que se dejaban alimentos y bebidas para los espíritus. Estas entradas, encontradas en prácticamente todas las tumbas de la época, tenían la misión de guiar a los espíritus de los muertos en sus viajes de ida y vuelta al más allá.
La reliquia fue encontrada en la tumba de User, el ministro principal de la reina Hatshepsut. Durante 20 años, User ejerció como visir y recibió también los títulos de príncipe y alcalde de la ciudad, según las inscripciones. Posiblemente el cargo lo heredó de su padre, ya que se solían transmitir los cargos entre los miembros de las familias influyentes en la corte. Se sabe que User fue tío de Rejmir, ministro de Tutmosis III y que gobernó Egipto tras la muerte de la reina Hatchepsut.
Los visires en el antiguo Egipto eran funcionarios poderosos encargados de la complicada burocracia diaria del reino. Una muestra de su importancia es que User tuvo su propia tumba en el Nilo, en Luxor, donde eran enterrados los reyes y las reinas. También se descubrió una capilla en su honor más al sur, en las colinas cercanas a Asuán.
La reina Hatchepsut fue el quinto faraón de la XVIII dinastía del Imperio Nuevo, hija de Tutmosis I, reinó durante 21 años, de 1479 a 1457 a.C. Mandó construir el extraordinario templo de Deir al Baheiri, en la ribera oeste del Nilo, escenario de un sangriento atentado en 1997. Fue una de las faraonas con más éxito del antiguo Egipto. Durante su reinado el país disfrutó de un periodo de paz y estabilidad que le permitió construir redes comerciales que llenaron las arcas del Estado y permitieron la financiación de la construcción de los monumentos y edificios que aún hoy disfrutan los visitantes de tan histórico lugar.
La historia de esta reina-faraón es apasionante, nieta, hija y esposa de faraones fue la tercera mujer que gobernó Egipto y la mujer que más tiempo estuvo al frente del reino de las “Dos Tierras”. Pero en otra ocasión os contaré su vida….

viernes, 9 de abril de 2010

¿El eslabón perdido?


Han sido hallados en Sudáfrica, en la región de Malapa, cerca de Johanesburgo, los fósiles de dos esqueletos de un Australopithecus, hasta ahora desconocido y que según los investigadores podría significar el eslabón que faltaba en la transición del Australopithecus al Homo Habilis o al Homo Erectus.
Los dos esqueletos, parece ser, pertenecen a un joven adolescente y a una mujer adulta, tienen unos dos millones y medio de antigüedad y han sido denominados como Australopithecus Sediba.
En su estudio, dirigido por el profesor norteamericano Lee Berger, de la Universidad de Witwatersrand en Johanerburgo, un experto paleoantropólogo y gran estudioso del Australopithecus africanus, han participado más de 60 científicos del todo el mundo.
El profesor Berger señala, en la revista Science, que puede ser este un buen candidato para pertenecer a la transición al Homo.
¿Puede ser esta especie el eslabón perdido para determinar definitivamente el origen del hombre? Ya veremos...

lunes, 5 de abril de 2010

La Marca Hispánica y el Tratado de Corbeil.


Me ha pasado Carlos, un Mapa Histórico de 1235, de los reinos de occidente y que se conserva en la Biblioteca Nacional de Francia, proponiendo una búsqueda en él. ¿Dónde está Cartaluña? Pues sencillamente no está porque no existía Cataluña, aunque a algunos les fastidie, la Historia es así y no se puede cambiar al antojo de ciertos sectores nacionalistas o independentistas catalanes.
Históricamente, la Cataluña actual no existió como entidad hasta que el emperador Carlos I realizó la unificación de sus ocho condados. Los condados catalanes fueron territorio francés, feudatario de los reyes francos, hasta el 16 de julio de 1258, fecha del Tratado de Corbeil. En el mapa se puede observar que Cataluña no existe: los ocho condados feudales, de lo que hoy es Cataluña, eran vasallos de los reyes francos.
Durante toda la Edad Media, Cataluña era solo una “Marca Hispanica” tributaria de los Reyes Carolingios hasta que en el Tratado de Corbeil, entre San Luis, Rey de Francia, y Jaime I el Conquistador, Rey de Aragón, acordaron que los Condados al sur de los Pirineos tributarían a la Corona de Aragón y los condados del norte a Francia.
Los ocho condados de la Marca Hispánica tuvieron plena jurisdicción hasta el siglo XV. La única excepción fue el Condado de Barcelona ya que por el matrimonio del Conde Ramón Belenguer IV, en 1137, con Dª Petronila de Aragón, el Condado de Barcelona quedó incorporado a la Corona de Aragón pero sin variar su condición.
Los siete condados restantes (Besalú, Vallespir, Peralada, Ausona, Ampurias, Urgel y Cerdanya) mantuvieron su independencia hasta 1521 cuando, el Rey de España, Carlos I nombró Virrey de Cataluña al Arzobispo de Tarragona, don Pedro Folch de Cardona. Por lo cual Cataluña, hasta esa fecha, no existió como tal y, por lo tanto, no pudo actuar nunca como una región histórica unificada.
Más significativo es aún el hecho de que parte de la actual Cataluña era, en tiempos de Jaime I, una parte importante dentro del Reino de Aragón. Así la actual provincia de Lérida y una franja importante del valle del Ebro hasta el mar, con Tortosa como principal ciudad costera, estaban integradas en el Reino. Las principales ciudades del reino de Aragón, con Jaime I eran: Jaca, Huesca, Lérida, Zaragoza, Tortosa y Teruel.
El Tratado de Corbeil, de 1258, escrito en latín, comienza asi: “Es universalmente conocido que existen desavenencias entre el señor rey de Francia y el señor de Aragón, de las Mallorcas y de Valencia, Conde de Barcelona y Urgel, señor de Montpellier; por lo que el señor rey de Francia dice que los condados de Barcelona, Besalú, Urgel, etc... son feudos suyos; y el señor rey de Aragón dice que tiene derechos en Carcasona, Tolosa, Narbona, etc....”.
Por el Tratado de Corbeil, y el rey francés Luis IX cede a Jaime I de Aragón los condados de la parte española y Jaime I le cede a Luis IX los condados de la parte francesa. Este Tratado se firmó 29 años después de la reconquista de Mallorca y 20 años después de la del Reino de Valencia.
Por tanto, si Cataluña no existía como tal era imposible que pudiese conquistar Valencia (1238) y Mallorca (1229). Si no tenía ningún tipo de unidad, ni política, ni jurídica, ni geográfica, tampoco la tenía lingüística. Lo que se hablaban eran dialectos provenzales.
Esto es lo que hay.

jueves, 1 de abril de 2010

Historia de Roma IV. República I.



Caída de la Monarquía y origen de la República.
Se fija alrededor del 509 a.C. el fin de la Monarquía y el nacimiento de la República en Roma, tras la expulsión del último rey romano, Tarquinio el Soberbio. La leyenda se centra en la corrupción del poder real y sobre todo en la actuación del hijo de Taquinio, Sixto que fue el artífice de la violación de Lucrecia, una patricia romana, que provocó la reacción del pueblo de Roma, harto de lo s excesos de la monarquía y que, encabezados por un familiar de Lucrecia, Lucio Junio Bruto, expulsó a los Tarquinios.
Estos acontecimientos, que justifican el fin real, solo se pueden enmarcar en el ámbito de la leyenda al más puro estilo de la época, una manera de narrar los hechos de una forma creíble para el pueblo, labor de la que se encargaron los historiadores de la época como Catón, Polibio o Tito Livio.
Al margen de la leyenda lo que sí es cierto es que a finales del siglo VI a.C. se produce una revuelta palatina, en Roma, como resultado de la corrupción de la monarquía etrusca y que produjo un cambio de régimen político, transmitiendo los poderes a dos funcionarios electos, los cónsules, que se renovaban anualmente.
Lo que las nuevas teorías actuales intentan explicar es que los hechos que produjeron el fin de la monarquía y su sustitución por el régimen consular están en consonancia con la situación política de los pueblos de la zona. Roma se encontraba en la esfera de intereses de la ciudad etrusca de Veyes y controlada por ella. Por otro lado, el rey de Clusium, Porsenna, en su control de la Campania, expulsó a los reyes de Roma y convirtió la ciudad en una fortaleza para vigilar los pueblos de los alrededores. Aristodemo, tirano de Cumas, derrotó a Porsenna, que se retiró de Roma.
La liberación de Roma del yugo etrusco no está muy clara, son unos años de crisis y desgobierno que provocaron el proceso evolutivo producido, fue una especie de «golpe de estado» de la aristocracia romana y estuvo condicionada por los factores políticos internos.
Los cambios producidos en Roma hay que enmarcarlo en la crisis de la polis etruscas. Era una ciudad etrusca que sacó provecho de su situación privilegiada en la zona. Tuvo un ejército más evolucionado que las ciudades vecinas. Se aprovechó del triunfo latino sobre los etruscos. Siguió la tendencia de las ciudades-estado de la zona de sustituir las monarquías por gobiernos aristocráticos.
Muchos historiadores piensan que todas las guerras a las que se vio abocada Roma en los primeros tiempos de la República fueron el resultado del vacío de poder dejado por los etruscos y una clara pugna entre todas las tribus del Lacio por hacerse con él.