domingo, 10 de marzo de 2019

Santuario de Nuestra Señora de la Coronada. Calañas. Huelva

Santuario de Ntra. Señora de la Coronada. Calañas

A unos nueve kilómetros de Calañas (Huelva) en dirección a Valverde del Camino se encuentra el Santuario-Ermita de Nuestra Señora de la Coronada, patrona de Calañas y justo enfrente se sitúa la Ermita de la Virgen de España, patrona de Beas. Ambas se encuentran en la zona conocida como Sotiel Coronada.

El templo no es de gran interés arquitectónico pero su situación en un bello bosque de pinos junto a la orilla derecha del río Odiel, hace que sea un lugar muy querido por los calañeses ya que en él se asienta su patrona.

Al acercarse destacan sus porches cubiertos de tejas de brillante color rojizo que cubren toda su estructura. Posee una capilla de una sola nave, con dos arcos torales apuntados y otro de medio punto. El presbiterio tiene una cúpula rebajada con algunos frescos barrocos algo deteriorados. En el lado de la Epístola se encuentra la sacristía y tras el retablo el camarín de la Virgen.

Vista lateral
No se sabe con exactitud el motivo de la ubicación de la ermita en este lugar, pero en el año 1714, un año después de haberse formado la Hermandad de Nuestra Señora de la Coronada, fray Felipe de Santiago recoge una hermosa leyenda que relata la aparición de la Virgen de la Coronada, que según parece se remonta a la época visigoda y que los lugareños escondieron para evitar que cayera en manos de los musulmanes.

Según la Leyenda, que parece ser que está recogida en el Archivo de Palos de la Frontera, dice así:

"Por los años 1.520 pastando su ganado Pedro Márquez, que después llamaron de la Santa por habérsele aparecido la Virgen de Coronada que fue así.
Virgen de la Coronada
Estando este sencillo hombre en el paraje donde está la ermita de esta Señora (de España) al abrigo (por razón de una tempestad) y atemorizado se encomendó a la Madre de Dios de España, y creciendo más el temor se resolvió a dejar el ganado e irse a la Iglesia de su devota y al mover los pies reparó que se movía una laja y reparándose, sacó un puñal que traía y levantó la piedra y halló a la Señora de la Coronada y de repente sosegó la tormenta. Es del tamaño de una tercia y tiene el Niño en el brazo izquierdo y esta imagen es de tosca hechura de talla, pero muy milagrosa.
Y el buen pastor, contento con su hallazgo, se la llevó a su tenencia y la puso con la mayor decencia que pudo y registrando el sitio por la mañana, no la halló; y muy sentido volvió a buscarla y la halló; y esto le sucedió por tres veces, hasta que entrando en cuidado, dio noticia al párroco que era un religioso de la tercera orden de San Francisco y llevó a la Señora para testigo y juntamente un escrito que decía así:
Tomasuco, hijo de Juan Andúvalo, alcalde que fue del Rey de estos obrajes de quien descendía; del Gentil, suya era esta tierra y por esto el Rey los tenía en honrosos oficios; y llegando la total pérdida de España estaban a la sazón padre e hijo con su familia. Y quedando por último yo Tomasuco, fiel compañero del padre Capellán, poco tiempo antes de la pérdida de esta tierra fui a visitar a Nuestra Señora del Pilar y al Cristo de Burgos. Yo como vía a tal Señor y Señora, hice las dos imágenes de Cristo y su Madre y el Padre Capellán puso al Cristo en Santa María de las Herrerías y yo me quedé con mi Señora que era mi compañía, guía de noche y de día y ella me libraba de los fieros moros y llegando mi última enfermedad puse aquí esta Señora para cuando Dios fuese servido que la descubran y se llama Santa María de la Coronada, y que la amen mucho y verán cómo lo hace con ellos como lo ha hecho conmigo y guardándome siempre. Y esta es su firma Tomasuco Andubalo.
Después de leído el escrito, el Cura llevó a la Señora a la iglesia y sucedió lo mismo que antes y todo el pueblo tenía ya noticia de ello, por la demostración que había hecho en la Iglesia y fueron con Pedro y la hallaron en su sitio, con todos los demás del pueblo y en este caso fue más la devoción por ser público; y discurriendo sitio la pusieron en su término y por dos veces se volvió al sitio; y con esto se quitaron contiendas entre Valverde y Calañas que ya las habia.
Pedro y su mujer Alfonsa dieron su ganado y cuanto tenían para la fábrica de la Iglesia y también ayudó todo el pueblo y así marido como mujer se apellidaron de la Santa a distinción de otros Márquez, aunque todos eran unos. Y ellos se dedicaron a vivir en el culto de esta Señora. Y por medio de esta Santa Imagen de continuo se ven prodigios.

Nave de la Ermita
Sobre 1760 junto a la ermita se encontraban varias casas que servían en las romerías para guardar el vino, la leñas o cobijar a la autoridad. En un protocolo del año 1764 se especifica el nombre que recibían estas casas: la del ermitaño, la del balcón, la del vino, la de la justicia, la de la leña, etc. Este mismo año se hace entrega a la Virgen de un estandarte de tafetán blanco con su asta para el camino y de otro nuevo que costeó la devoción de Valverde del Camino.

Portada del Libro de Encarnación Cutillas
En 1883 se produce la venta de la finca donde se encuentra la ermita que es comprada por la Compañía Sotiel Coronada quedando las ermitas excluidas (Coronada y España) de la transacción y permitiendo a los ermitaños sembrar y disfrutar de los terrenos colindantes sin exigirles renta alguna por ello.


En 1915 don Fernando Conde Hidalgo encargó a la poetisa madrileña Encarnación Cutillas Lázaro que escribiera con todas las galas poéticas la historia de la Virgen de la Coronada, gloriosa patrona de Calañas. El libro fue editado en Sevilla en 1918.

Para finalizar os pondré la letra de un fandango en honor a la Virgen de la Coronada:

El Odiel de centinela
va protegiendo a Sotiel
El Odiel de centinela
La Virgen de Coronada
va protegiendo a su pueblo
es patrona de Calañas.

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