miércoles, 20 de octubre de 2010

El ADN de Luis XVI encontrado en una calabaza

Parece el cuento de Cenicienta, pero no lo es, lo digo por la calabaza. Puede parecer raro, no la noticia en sí, sino porque a las alturas en que estamos es difícil que aún aparezcan restos de esta manera. Lo que es cierto es que un equipo de investigadores del CSIC ha recuperado el ADN de la supuesta sangre del monarca francés Luis XVI, conservada dentro de una calabaza y en posesión de una familia de Bolonia desde hacía más de un siglo.

Luis XVI fue víctima de la Revolución Francesa, acusado de conspirar contra la libertad de la nación y tras un intento de fuga, el 21 de enero de 1793, fue ejecutado en la guillotina. Según las crónicas que se conservan de la época, y cómo era costumbre, muchos eran los ciudadanos que subían al cadalso, tras la ejecución, para mojar sus pañuelos en la sangre del monarca para tener un recuerdo del histórico acontecimiento.

La calabaza en cuestión, es una verdadera joya y está valorada en 2 millones de euros. Decorada con técnica pirográfica, muestra los retratos de los principales protagonistas de la Revolución Francesa como: George Danton, Maximilien Robespierre, Camilla Desmoulins, Louis-Sébastien Mercier, Jean Paul Marat, la reina Maria Antonieta o el propio Luis XVI. Junto a estos retratos, un texto explica la historia de uno de los testigos de la ejecución del monarca, Maximilien Bourdaloue quien mojó su pañuelo con la sangre del decapitado, lo metió en la calabaza y le encargó al artista parisino Jean Roux la decoración. Roux terminó de decorar la calabaza el 18 de septiembre de 1793.

Parece ser que la intención de Bourdaloue era vender la calabaza por unos 500 francos a "El Águila", apodo que podría hacer referencia a un joven Napoleón. La calabaza estaba en poder de una familia boloñesa desde hace más de un siglo.

Según el coordinador del equipo investigador, Carles Lalueza-Fox, del Instituto de Biología Evolutiva, un centro mixto del CSIC y la Universidad Pompeu Fabra, los científicos localizaron el ADN mitocondrial y el Cromosoma Y en los restos de la sustancia marrón que durante años ha permanecido dentro de esta calabaza, ya que del pañuelo no queda nada más, y que supuestamente se trataba de la sangre del rey francés.

Se comprobó que la muestra analizada se correspondía con un varón europeo cuyos datos genéticos procedían de linajes difíciles de encontrar en las bases de datos actuales. "El ADN mitocondrial corresponde a un raro linaje N1b, presente en sólo dos europeos de un total de casi 21.000 estudiados. El Y corresponde a un linaje G2a no descrito entre 21.800 europeos analizados", señala Lalueza-Fox.

Según diferentes retratos de la época, entre los que destacan los pintados por Joseph-Siffred Duplessis en 1777 y Antoine-François Callet en 1786, el rey Luis XVI tenía los ojos azules. Los investigadores han confirmado que el individuo de la calabaza tenía la mutación que determina ese color de ojos, localizada en el gen HERC2.

La única forma de demostrar que efectivamente se trata de Luis XVI es comparando el Cromosoma Y con el perfil genético del corazón momificado atribuido a su hijo Luis XVII, que se conserva en la Basílica de Saint Denis, en París.

Estos son los avances de la ciencia que, en determinados casos, están “matizando” la Historia.

Foto: Calabaza de Maximilien Bourdaloue.

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