La figura del Tío Camuñas se ha
utilizado en distintas partes de España como sinónimo de un ser detestable que
odiaba a los niños asemejándolo al "hombre del saco", al
"coco" o al famoso "sacamantecas", utilizando la frase:
«Que viene el Tío Camuñas», para asustar a los más pequeños.
Sin embargo este tratamiento dado
a su figura es injusto, ya que el Tío Camuñas fue uno de los héroes españoles
de la lucha contra los franceses en la Guerra de la Independencia de 1808 a
1814. El origen de la famosa expresión
es el siguiente:
El Tío Camuñas se llamaba Francisco
Sánchez Fernández y nació el 11 de septiembre de 1762 en la localidad manchega
de Camuñas (Toledo). A los veintitrés años contrae matrimonio con Agueda María
Martín de Consuegra, con la que tiene seis hijos: Hilario, Mauricia, Antonio
Eustaquio, Antonio Pantaleón, Francisco y Ramona de la Cruz. Su profesión
parece ser que fue la de correo lo que le proporcionó gran agilidad a caballo y
un profundo conocimiento de la zona. Era conocido en su pueblo como
«Francisquete».
Su vida cambió por completo con
la invasión de las tropas napoleónicas en 1808. El 23 de abril de 1809,
su hermano Juan Pedro Sánchez se ve envuelto en el asesinato del edil
municipal, el afrancesado Vicente Hidalgo Saavedra, de 51 años de
edad, con quien había mantenido un pleito años atrás, cuando éste acompañado
por soldados franceses pretendía detenerlo. Un mes Juan Pedro fue capturado por
los franceses y colgado en una de las aspas del Molino Viejo que aún se
conserva en Camuñas bajo del nombre de Molino de La Unión. Parece ser que los
franceses prometieron que conservaría la vida si se entregaba y que al hacerlo
no cumplieron. Esto llenó de ira a «Francisquete» que juró vengar la muerte de
su hermano. Es aquí cuando comienza la leyenda del Tío Camuñas.
La trágica muerte de su hermano Juan Pedro le
afectó enormemente unido a los abusos de las tropas invasoras en Camuñas y a la
prematura muerte de su hijo Francisco de 10 años el 13 de julio de 1809, al que
no pudo enterrar dignamente ya que los franceses ocupaban el pueblo, terminaron
por agriar totalmente su carácter. Comenzó
a recorrer las localidades vecinas reclutando gente para organizar una
guerrilla contra los franceses. Con un grupo de 30 hombres, hábiles en la monta
a caballo y diestros en el uso de las armas, fue diezmando a las tropas
francesas por todo el territorio de La Mancha durante los dos años siguientes. El
miedo que causaba entre las tropas francesas era tal que gritaban horrorizados:
«Que viene el Tío Camuñas» cuando se acercaba a ellos con su partida.
Finalmente el Tío Camuñas fue
traicionado y capturado cuando se encontraba con su partida en Belmonte
(Cuenca) y fusilado el 13 de noviembre del 1811, cuando contaba con 49 años
dejando en la memoria de todos sus paisanos la esencia del heroísmo, de un
hombre que supo defender sus convicciones mas allá de su muerte y aquí nació su
leyenda.
Frente al Ayuntamiento de Camuñas
un busto homenajea a su héroe de la Guerra de la Independencia y desde el 2008, en agosto, se rememoran hechos
acaecidos en la vida de «Francisquete», donde prácticamente todas las personas
del pueblo se aderezan con vestidos de la época y escenifican los momentos más importantes que
su ilustre vecino tuvo que vivir como guerrillero en Camuñas.
Foto: Busto en homenaje al Tío Camuñas en su pueblo natal.
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