martes, 27 de agosto de 2013

Unidades del Ejército Colonial Español en África: Las Harkas

Miembros de una harka amiga
exploran el terreno
Durante la época del ejército colonial en África, las harkas fueron unas unidades que jugaron un papel muy importante. Se originaron como unidades de cobertura que se destacaban a vanguardia de las tropas regulares con el objetivo de descubrir y fijar al enemigo en sus posiciones para posteriormente dar paso a las fuerzas de cCabila, para actuar en una campaña determinada y que se desmovilizan al acabar la misma.
ombate. Eran fuerzas que se reclutaban entre los miembros de una misma
Aunque eran unas fuerzas de escasa consistencia, ejercieron una gran labor especialmente durante las razzias en las que se las destacaba a los poblados como acción previa a la operación de las unidades regulares. A pesar de esto, los gastos que ocasionaba su mantenimiento no eran suficientes para justificar su rendimiento.
La harka amiga en los montes de Beni Ulixek
Las harkas se organizaban en torno a los kadies. Sus componentes eran todos marroquíes, aunque se encuadraban con oficiales y suboficiales españoles. Eran fuerzas muy aptas para la guerra en Marruecos, pero mal instruidas y mal armadas, sus miembros iban armados sólo con fusiles y en ocasiones con granadas de mano. Poco o escasamente disciplinadas, con el tiempo al mando de sus jefes españoles y marroquíes fueron tan eficaces que incluso actuaron como tropas de choque en el desembarco de Alhucemas.
Como decía el comandante Francisco del Rosal,  Jefe de la Harka de Larache:
 “Había que tener en cuenta, esos momentos, la idiosincrasia de los combatientes moros, acostumbrados desde pequeños al sistema de caudillaje, por el que siguen a un líder, al principio por respeto y después por admiración, y que al no estar mandados permanentemente por los mismos oficiales y no ser su operativa regular hacía de estas unidades un verdadero desastre a la hora de tomar parte en las operaciones. Normalmente no se llegaba a reunir a más la mitad de la plantilla para intervenir en una operación”.
Un grupo de de harqueños amigos
con la bandera española para
evitar confundidos con el enemigo
Las primeras harkas que combatieran a favor de España de las que se tiene noticia fue las que lo hicieron en la Campaña del Kert de 1911: las del Zoco El Hach de Beni-Sicar, Beni-Sidel y Beni-Bu-Gafar, mandadas por los prestigiosos kaídes Abd-El-Kader, Butie y Mizzian.
El comandante del Rosal, en la Revista de Tropas Coloniales de abril de 1926, decía de las primeras harkas que:
“Las antiguas eran contingentes que se enviaban delante de las tropas organizadas, que descubrían al enemigo y lo fijaban, dando paso a las unidades regulares, volviendo a actuar en las razzias, dirigiéndose contra los poblados enemigos pero protegidas por unidades regulares. Eso no obstante, no tenían disciplina, mal armadas, con mala recluta y organización y sin continuidad, lo que hacía que no se pudiera esperar de ellas que alcanzasen grandes logros”.
Esta situación obligó a modificar su estructura, organización y empleo de una manera radical. Se estructuraron y organizaron, igual que el resto de las fuerzas regulares, en torno a Tabores, se las somete a una perfecta instrucción de combate y se les reduce notablemente la impedimenta con lo que se convierten en unas unidades sólidas, disciplinadas  y muy maniobreras. Se las dota de un mando permanente, con los mismos oficiales y aunque siguen conservando su cometido original de fuerzas de cobertura, ya están preparadas de modo eficaz para el combate y pueden ser empleadas en cualquier parte del territorio como demostraron en Alhucemas.
En los periodos de paz, realizaban igualmente una importante labor. Se desplegaban por todo el territorio en Mías, preparaban emboscadas, taponaban los caminos de acceso del enemigo, sorprendían convoyes y salían siempre al paso del enemigo y realizaban la seguridad de las Cabilas a las que están adscritas, dándolas un apoyo real y efectivo. También realizaban incursiones en el territorio enemigo, sembrando la alarma en ellos, ya sea en pequeñas partidas de tipo sección, o bien agrupadas en Mías o Tabores, cuando el objetivo era más difícil.
Harkeño parapetado tras un muro armado con un fusil 

En un principio eran conocidas por los nombres de las Cabilas en las que se reclutaban, o bien por los de sus jefes, ya fuesen marroquíes o españoles, y algunas recibieron el nombre de la región en las que se las reclutaba.

Las harkas

En 1919 en la zona de Larache se crean las de los kaídes Metugi con 100 hombres y la de Guelagui, con 50. En julio de 1921 existían como tales la de Alcázar, con 146 hombres y la del kaid Melali con 346.
En 1921 en la zona de Melilla el general Fernández Silvestre, en sus intentos de aprovisionar la posición de Igueriben, utiliza a la Policía Indígena, a los Regulares y a las harkas amigas de Beni-Said, al mando de Kadur Amar y la de M'Talza, mandada por Burrahay, que forman la vanguardia, pero pese al esfuerzo empleado y debido a las bajas sufridas, no consiguen llevar a la posición las provisiones. Un superviviente relata: «las harkas amigas, que iban en vanguardia, han sido deshechas y ha necesitado la Policía reemplazarlas». Abd-El-Kader, de la cábila de Beni-Sicar, que actúa en vanguardia. A la de lguerman se le añade la de Frajana, a las órdenes de Aomar Abellen, formando ambas parte de la columna del coronel Riquelme, que está compuesta por indígenas de Regulares, Policía y harkas. El 22 de noviembre intervienen en la ocupación sucesiva de Yazanen y Ras Medua, pasando a ser conocidas con el nombre de Idalas. Al poco tiempo se les unió la Idala de Beni-Sidel, mandada por El Aurachi. Estas unidades indígenas fueron felicitadas en repetidas ocasiones.
El comandante López Bravo con un grupo de beniurriagueles de su harka,
entre ellos, el kaid Alux
En octubre del mismo año, en la ocupación de Taxuda, interviene la harka amiga de
En 1922 en la zona de Afrau actúa en favor de España la de Beni-Said, al mando de uno de los kaides que siempre fue fiel a España: Mohamed Ben Amar Uchen y en la zona de Afsó se utilizan las de Ulad Settut y Beni Bu Yahi, con un total de 150 hombres.
Entre las más famosas mandadas por kaides indígenas estaba la de Abdelmalek, que siempre se mantuvo fiel a España, murió en combate en 1923 en Midar y fue enterrado en Tetuán con la presencia de las primeras autoridades marroquíes y españolas. Otra famosa fue la de Soliman el Jatabi, primo del cabecilla Abd El Krim, de la belicosa tribu de los Beni Urriaguel.
Un grupo de harqueños escoltan la bandera
española durante los combates en
Melilla en 1921
Entre las mandadas por españoles destacan la de Muñoz Grandes, que se formó con supervivientes de la de Abdelmalek, las de Varela, Martínez Zaldívar, López Bravo o la de Capaz. La de éste último en junio de 1926, compuesta por 1000 indígenas, divididos en Tabores, Mías e Idalas, partió del Rif central y atravesando el territorio enemigo ocupó todas las antiguas posiciones españolas de la costa de Uad-Lau y uniéndose a la de López Bravo, compuesta por 1000 beniurriagueles, siguieron el cauce del Lau hasta llegar a Xauen, ocupando la ciudad y las antiguas posiciones que la circundaban y defendían.
La de Varela contaba con unos efectivos de 850 marroquíes, de ellos 120 a caballo, con los que se constituyen seis Mías de infantería y una de caballería. Los mandos indígenas son un kaid de Tabor y seis de Mía y en cada una de éstas hay tres sargentos y seis cabos, todos indígenas, veteranos de Regulares o Mehal-las. En 1925 consta de seis Mías de infantería, agrupadas en dos Tabores y reciben reclutas de la zona de Larache y de la Cabila de Abdelmalek. Interviene en vanguardia en el desembarco de Alhucemas. En 1925 sus efectivos ascendían a 858 indígenas, de ellos 8 kaídes y 40 españoles. Entre 1924 y 1927 mueren 6 oficiales españoles y 3 marroquíes, corriendo igual suerte 255 harqueños y resultan heridos 8 kaídes y 703 harqueños.
Maimón Yaador, harqueño
al servicio de España
La harka de Tetuán, que llegó a contar con cuatro Tabores mixtos de infantería y caballería, con una plantilla en 1925 de 1213 indígenas, de ellos 13 kaídes y solo 57 españoles. La de Larache contó con dos Tabores mixtos con 607 indígenas, de ellos 7 kaídes y 37 españoles.
La harka de Beni Urriaguel intervino en la pacificación de la zona del Rif, se amplió con la Solimán El Jatabi, y llegó a disponer de 7 Mías, mandadas por kaídes rifeños. Amar Uchen siguió mandando la de los Beni Said y entre octubre de 1926 y octubre de 1927, se utilizaron diversas Mías de las Cabilas de Tensaman, Beni Ulixech, Guelaia, Beni Tuzin y Beni Buyahi, cada una mandada por un kaid de Mía, que tenía a sus órdenes un kaíd por cada 25 hombres.

También existieron otras harkas auxiliares de pocos efectivos que se utilizaron según las necesidades de las campañas. Otras se utilizaron para crear Mehal-las, como la harka del Amalato del Rif. Al finalizar las campañas, muchos de sus componentes pasaron a las Mehal-las y a las Mehaznías.


Cuatro de los oficiales españoles de las harkas se hicieron merecedores de la Cruz Laureada de San Fernando a título individual y diez a la Medalla Militar Individual.

4 comentarios:

  1. ACABO DE CONOCER ESTE APARTADO DE HISTORIA Y ME PARECE MUY INTERESANTE. POR SUPUESTO QUE LO VISITARÉ CON MUCHA FRECUENCIA

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  2. ACABO DE CONOCER ESTE APARTADO DE HISTORIA Y LO CONSIDERO MUY INTERESANTE. POR DESCONTADO QUE LO VISITARÉ CON MUCHA FRECUENCIA. MIS TEMAS PREFERIDOS SON MARRUECOS Y SU GUERRA DEL RIF, LA GUERRA CIVIL ESPAÑLOLA DEL 36, LA CONQUISTA DEL NUEVO MUNDO Y CUALQUIER EPISODIO CURIOSO QUE DESCONOZCA.GRACIAS POR EXISTIR

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  3. donde puedo encontrar la biografia o juicios contradictorios de los laureados de las Harkas??

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  4. Muy enteresante, había muchos traidores

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