viernes, 2 de agosto de 2013

Agustina Zaragoza Domenech: "Agustina de Aragón"

Agustina de Aragón de
Ferrer Dalmau.2012
Otro de los personajes ilustres de nuestro ejército fue la ya famosa “Agustina de Aragón”, la más conocida de las heroínas de los sitios durante la Guerra de la Independencia, aquí os pongo un extracto de su historia:
En la mañana del día 2 de Julio de 1606, se hallaba Agustina haciendo las faenas propias de una humilde ama de casa, cuando un espantoso ruido, producido por una explosión de granada de cañón, hace trepidar la casa. Se asomó a la calle y pudo ver como los zaragozanos corrían para acudir a defender las entradas de la capital, prorrumpiendo en ensordecedores ¡Vivas! a España y a Fernando VII.
Estampa de Juan Gálvez y
Fernando Bambilla, publicada
en Cádiz en 1812-13
Su marido, Sargento segundo de Artillería, participaba en la defensa del Portillo de San Agustín, Agustina se lanza a la calle y pronto se une a un grupo de hombres que se dirigen al Portillo. Llega rápidamente y busca a su esposo, al que no ve por ningún lado, pues la atmósfera es casi irrespirable por el humo de la pólvora y el polvo de los cascotes que se desmoronan bajo la metralla. Un artillero surge entre los heridos y cuando va a aproximar la mecha a un cañón, cae abatido por las balas francesas, con lo que el enemigo pone el pie en las barricadas del Portillo.

Agustina, enardecida por una fuerza extraña y sobrenatural, se lanza sobre el artillero moribundo, le arranca de sus manos la mecha y al grito de ¡VIVA ESPANA' la aplica al cañón. La descarga hace verdaderos estragos en las filas de los sitiadores.
Animados por su acto, resurgen en las balerías algunos soldados heridos a los que se unieron paisanos que se hallaban parapetados por las calles próximas. Agustina, cada vez más enardecida, los arenga y anima a reanudar la pelea con mayor ardor. Vuelto a cargar el cañón, lo dispara de nuevo cuando los franceses ya empiezan a retroceder.
Agustina vestida con su  uniforme
de Infantería. Cuadro de José Antonio Márquez
El General Palafox, que manda las fuerzas de la Plaza, enterado del hecho ordenó que llevasen a su presencia a la heroica joven, pero ella contestó al emisario: "Agustina Zaragoza no abandonará su puesto mientras la batalla continúe". El General, al recibir tal respuesta, se presenta en el Portillo con su Estado Mayor y queda admirado ante la escena, en donde la figura principal es una mujer, a la que desde entonces se conocerá como "La Artillera".
Al terminar el combare, Palafox cogió las jinetas de un Sargento muerto y las colocó sobre los hombros de la heroica Agustina "cuya honrosa misión había representado tan dignamente", además de concederle el Escudo de Defensor de la Patria y la Cruz de Distinción del Primer Sitio de Zaragoza.
La Junta Central de Defensa, en nombre del Rey Fernando VII, por su resolución de 30 de Agosto de 1809, concedió a Dña. Agustina Zaragoza Doménech el grado de Subteniente Honorario de infantería con goce de haber, en atención a los extraordinarios méritos y heroica actuación en la jornada del 2 de Julio de 1808 defendiendo a la Patria durante el Primer Sitio de la Inmortal ciudad de Zaragoza.
Durante el Segundo Sitio de Zaragoza, Agustina ocupó siempre puesto distinguido entre los defensores, realizando prodigios de valor en la balería de la Puerta del Carmen, cuyos primeros disparos fueron hechos por su propia mano en el intento de reconquista del convenlo de la Trinidad Descalza, y en las salidas que pocos días después hicieran los sitiados.
Al entrar en Zaragoza las huestes de Napoleón, Agustina fue herida, logrando refugiarse en el convenlo de la comunidad agustina en unión de su marido, que también estaba herido de cierta importancia. Allí fueron hechos prisioneros y conducidos a Francia, donde su marido consigue la libertad y ella logra evadirse regresando a España tras un calvario de hambre, frio y miseria.
Ya en España, se presenta en Tortosa al General Jefe de aquel Cantón, siendo rápidamente destinada a una batería y tomando parle activa en la defensa de la ciudad. Rendida Tortosa, fue hecha prisionera por segunda vez, pero con motivo de un canje recobra la libertad incorporándose al Ejército del Norte, con el que asiste a la decisiva batalla de Viloria.
Murió en Ceuta el 29 de Mayo de 1857 a los 71 años de edad, víctima de una afección pulmonar,  siendo amortajada con su uniforme. En 1870 se trasladaron sus restos a Zaragoza, rindiendo al cadáver honores de Capitán General siendo depositado en el templo de Nuestra Señora del Pilar.
Monumento a las Heroínas de los Sitios en la Plaza del Portillo de Zaragoza
. Obra del escultor Mariano Benlliure. 1908


Desde el 14 de junio de 1908, sus restos descansan en la capilla de la Anunciación de la Iglesia de Nuestra Señora del Portillo, muy cerca del lugar donde tan valientemente había luchado durante la Guerra de la Independencia, donde son venerados como los de una gran heroína que con valor y decisión repelió las adversidades. Se la considera como uno de los símbolos más representativos de la resistencia española contra los invasores napoleónicos.

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