Agustina de Aragón de Ferrer Dalmau.2012 |
Otro de los personajes ilustres de nuestro ejército fue la
ya famosa “Agustina de Aragón”, la más conocida de las heroínas de los sitios
durante la Guerra de la Independencia, aquí os pongo un extracto de su
historia:
En la mañana del día 2 de Julio de 1606, se hallaba Agustina
haciendo las faenas propias de una humilde ama de casa, cuando un espantoso
ruido, producido por una explosión de granada de cañón, hace trepidar la casa.
Se asomó a la calle y pudo ver como los zaragozanos corrían para acudir a defender
las entradas de la capital, prorrumpiendo en ensordecedores ¡Vivas! a España y
a Fernando VII.
Estampa de Juan Gálvez y Fernando Bambilla, publicada en Cádiz en 1812-13 |
Su marido, Sargento segundo de Artillería, participaba en la
defensa del Portillo de San Agustín, Agustina se lanza a la calle y pronto se
une a un grupo de hombres que se dirigen al Portillo. Llega rápidamente y busca
a su esposo, al que no ve por ningún lado, pues la atmósfera es casi
irrespirable por el humo de la pólvora y el polvo de los cascotes que se
desmoronan bajo la metralla. Un artillero surge entre los heridos y cuando va a
aproximar la mecha a un cañón, cae abatido por las balas francesas, con lo que
el enemigo pone el pie en las barricadas del Portillo.
Agustina, enardecida por una fuerza extraña y sobrenatural,
se lanza sobre el artillero moribundo, le arranca de sus manos la mecha y al grito
de ¡VIVA ESPANA' la aplica al cañón. La descarga hace verdaderos estragos en
las filas de los sitiadores.
Animados por su acto, resurgen en las balerías algunos
soldados heridos a los que se unieron paisanos que se hallaban parapetados por
las calles próximas. Agustina, cada vez más enardecida, los arenga y anima a
reanudar la pelea con mayor ardor. Vuelto a cargar el cañón, lo dispara de
nuevo cuando los franceses ya empiezan a retroceder.
Agustina vestida con su uniforme de Infantería. Cuadro de José Antonio Márquez |
El General Palafox, que manda las fuerzas de la Plaza, enterado
del hecho ordenó que llevasen a su presencia a la heroica joven, pero ella contestó
al emisario: "Agustina Zaragoza no abandonará su puesto mientras la batalla
continúe". El General, al recibir tal respuesta, se presenta en el Portillo
con su Estado Mayor y queda admirado ante la escena, en donde la figura
principal es una mujer, a la que desde entonces se conocerá como "La Artillera".
Al terminar el combare, Palafox cogió las jinetas de un Sargento
muerto y las colocó sobre los hombros de la heroica Agustina "cuya honrosa
misión había representado tan dignamente", además de concederle el Escudo
de Defensor de la Patria y la Cruz de Distinción del Primer Sitio de Zaragoza.
La Junta Central de Defensa, en nombre del Rey Fernando VII,
por su resolución de 30 de Agosto de 1809, concedió a Dña. Agustina Zaragoza
Doménech el grado de Subteniente Honorario de infantería con goce de haber, en atención
a los extraordinarios méritos y heroica actuación en la jornada del 2 de Julio
de 1808 defendiendo a la Patria durante el Primer Sitio de la Inmortal ciudad
de Zaragoza.
Durante el Segundo Sitio de Zaragoza, Agustina ocupó siempre
puesto distinguido entre los defensores, realizando prodigios de valor en la
balería de la Puerta del Carmen, cuyos primeros disparos fueron hechos por su
propia mano en el intento de reconquista del convenlo de la Trinidad Descalza, y
en las salidas que pocos días después hicieran los sitiados.
Al entrar en Zaragoza las huestes de Napoleón, Agustina fue
herida, logrando refugiarse en el convenlo de la comunidad agustina en unión de
su marido, que también estaba herido de cierta importancia. Allí fueron hechos
prisioneros y conducidos a Francia, donde su marido consigue la libertad y ella
logra evadirse regresando a España tras un calvario de hambre, frio y miseria.
Ya en España, se presenta en Tortosa al General Jefe de
aquel Cantón, siendo rápidamente destinada a una batería y tomando parle activa
en la defensa de la ciudad. Rendida Tortosa, fue hecha prisionera por segunda
vez, pero con motivo de un canje recobra la libertad incorporándose al Ejército
del Norte, con el que asiste a la decisiva batalla de Viloria.
Murió en Ceuta el 29 de Mayo de 1857 a los 71 años de edad, víctima
de una afección pulmonar, siendo amortajada
con su uniforme. En 1870 se trasladaron sus restos a Zaragoza, rindiendo al
cadáver honores de Capitán General siendo depositado en el templo de Nuestra Señora
del Pilar.
Monumento a las Heroínas de los Sitios en la Plaza del Portillo de Zaragoza . Obra del escultor Mariano Benlliure. 1908 |
Desde el 14 de junio de 1908, sus restos descansan en la
capilla de la Anunciación de la Iglesia de Nuestra Señora del Portillo, muy
cerca del lugar donde tan valientemente había luchado durante la Guerra de la Independencia,
donde son venerados como los de una gran heroína que con valor y decisión
repelió las adversidades. Se la considera como uno de los símbolos más
representativos de la resistencia española contra los invasores napoleónicos.
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