lunes, 21 de noviembre de 2011

José Rebolledo de Palafox y Melci


Personaje central en los episodios de los Sitios de Zaragoza. Nacido aquí, fue el tercer hijo del Marqués de Lazán (Juan Felipe de Rebolledo de Plafox) y Paula Melci, una conocida familia aragonesa tradicionalmente católica y ligada a la corona. Educado por el Padre Boggiero acabó los estudios dominando varias lenguas. Se trasladó a la Corte donde ingresó en el Real Cuerpo de Guardias de Corps y forjó una gran amistad con el heredero al trono, Fernando. Cuando llamado por Napoleón Fernando VII abdicó en Bayona, Palafox tuvo que volver precipitadamente a Zaragoza en donde el pueblo le aclamó nombrándole Capitán General. Días antes el propio pueblo había depuesto y encarcelado al Capitan General Guillelmi por no haberles entregado armas con las que hacer frente al invasor. Con el nombramiento se hizo con el poder para liderar la defensa durante los dos Sitios, papel para el que supo rodearse de grandes colaboradores como Boggiero, Asso, Ric, etc

La defensa del primer asedio se realizó con pocos soldados y muchos voluntarios debiendo luchar casi casa por casa. En el segundo Sitio tuvo mayor apoyo militar pero la superioridad de la artillería francesa obligó de igual manera a la defensa de casa por casa. En muchos momentos se vio superado por las circunstancias y algunas de sus ausencias en momentos clave (15 junio o 4 de agosto) fueron muy comentadas. Con la resistencia agotada, sin avituallamientos ni víveres le sobrevino además la epidemia de tifus por lo que tuvo que delegar en la Junta de Defensa. Esta junta convino en aceptar la capitulación el 20 de febrero de 1809. Palafox fue tomado como rehén y  encarcelado en Vincennes donde permaneció cinco años. Con la firma del tratado de Valençay pudo regresar a España junto al rey. Juró la constitución de Cádiz de 1812 lo que le valió la desconfianza de su rey y ser tachado en la Corte de liberal. Aun así obtuvo muchos reconocimientos y distinciones como Capitán General de Aragón, Duque de Zaragoza, Comandante General de Alabarderos y Jefe del Cuerpo de Inválidos. Murió en Madrid a los 72 años y sus restos fueron trasladados a la cripta de la Basílica del Pilar de Zaragoza en el 150 aniversario de los Sitios.

Foto: General Palafox. Unceta y López. (Ayuntamiento Zaragoza)

sábado, 19 de noviembre de 2011

El Asedio de Acre


El Asedio de Acre fue un frustrado intento del Ejército de Oriente Francés al mando de Napoleón Bonaparte de tomar esta fortaleza otomana en su fallida expedición a Siria.
El 19 de marzo de 1799 el ejército francés de Oriente llega ante la fortaleza de Acre, defendida por 35.000 turcos al mando de Djezzar el Carnicero, Bajá de Damasco, a los que se han sumado cuatro días antes dos barcos ingleses al mando del comodoro Sidney Smith, que impiden a Napoleón desplegar todo su ejército contra la ciudad, al estar al alcance de sus cañones. Los 13.000 soldados franceses, que venían con pocos suministros, estaban  agotados de una larga  marcha de 250 km por el litoral costero sirio. Desde Gaza, además habían sufrido muchísimas bajas por enfermedad; el general Desaix informa que por entonces unos 1.400 soldados están afectados, padeciendo un centenar de ellos de ceguera.
El 28 de marzo, los franceses lanzan un primer asalto contra los muros de la ciudad, que fracasa. En abril, Bonaparte es informado de que un gran ejército turco se podría estar concentrando en torno al Jordán para atacarle por su retaguardia y socorrer a los sitiados. Napoleón encomienda una parte de sus tropas al general Kléber para realizar un reconocimiento del río Jordán.
Mientras continúa el sitio francés de Acre, el general Kléber llega al Monte Tabor a realizar el reconocimiento de la zona encomendado por Napoleón, siendo atacado por las fuerzas de Ahmed. Kléber organiza su defensa con tan sólo 1.500 hombres, formados en cuadros, que logran repeler al enemigo durante unas ocho horas. Cuando estaban a punto de quedarse sin munición, Napoleón llega desde Acre con 2.500 hombres y 2 cañones de refuerzo, sorprendiendo por completo a los turcos, que huyen, fracasando su intento de socorrer a la guarnición cercada; pero los sitiadores no consiguen con esta victoria ninguna ventaja estratégica ante ella o el resto de Siria. Los franceses sólo tienen 2 muertos y 60 heridos; las bajas otomanas se desconocen.
Del 1 al 10 de mayo se reanudan los bombardeos franceses contra la plaza y se realizan varios asaltos más, que resultan infructuosos. La moral de la tropa invasora se reduce al mínimo tanto por sus fracasos como por las enfermedades, hasta que finalmente comienzan a carecer de alimentos. Poco después, Napoleón se entera de que barcos británicos han salido de Rodas hacia Egipto transportando tropas turcas.
Bonaparte achaca la victoria otomana en Acre a la presencia del comodoro Smith. Además le informan de que los turcos ya desembarcaron en marzo otro contingente en Egipto, en la retaguardia francesa, por lo que debe volver inmediatamente. Los franceses han perdido más de 2.000 hombres en el sitio de Acre, casi todos por enfermedad, y varios miles más están aún convalecientes.
El 20 de mayo, Napoleón levanta el sitio del Acre y al día siguiente el contingente francés se retira hacia Egipto, a donde sólo retornarán unos 7.000 soldados. La expedición francesa a Oriente Próximo se revela como un desastre, y Bonaparte comienza a pensar otra forma de burlar el bloqueo naval británico y volver a Francia, aunque sea en solitario.
Finalmente, el 14 de junio de 1799, Napoleón se retira de Siria y regresa a El Cairo.

Foto: Asedio de Acre por Napoleón en 1799. Tipografía original de Boussod & Valadon. 1890