viernes, 28 de junio de 2013

El Capitán de Infantería Vicente Moreno Baptista, un héroe de la Guerra de la Independencia


Busto del Capitán Moreno
El Capitán de Infantería Vicente Moreno Baptista es uno de los grandes héroes de la Guerra de la Independencia que dio su vida en defensa de la Patria y de sus ideales. Miembro de honor de la Infantería Española, esta es un extracto de su historia que bien merece un recuerdo.
Destinado en el Regimiento de Málaga, participa en la acción de Arquillos, donde las fuerzas francesas, muy superiores en número y medios, obtienen la victoria después de sangrientos combates.
Con algunos supervivientes consigue refugiarse en Málaga, donde decide continuar la lucha en defensa de la independencia de su Patria; llegando pronto a convertirse en uno de los guerrilleros más temidos de Andalucía. Victorioso en muchos combates, cayó en una emboscada, donde fue herido y hecho prisionero.
Durante el tiempo que estuvo encarcelado en Granada, a donde fue trasladado, las autoridades francesas intentaron, sin éxito, ganarlo para su causa ofreciéndole toda clase de honores y recompensas. Fue juzgado y condenado a muerte por un tribunal civil, del que protestó, alegando que siendo Capitán de Infantería del Ejército español, debía ser juzgado por un Consejo de Guerra.
Aún le fue ofrecido el perdón, si delataba a todos los que formaban parte de la guerrilla, a lo que se negó, indignándose de que se le hiciera tan vil propuesta.
Placa conmemorativa en su honor en Antequera,
 su localidad natal

En la madrugada del 10 de Agosto de 1610 ingresó en capilla el heroico Capitán. Cuando se disponía a recibir los auxilios espirituales, dijo: "Voy a cumplir lo que prometí de dar mi vida por mi Rey, por mi religión y por mi Patria". Pretendió ir al patíbulo por su pie, a pesar del dolor que le producían sus heridas, y lo consiguió, si bien tuvo que apoyarse a veces en el sacerdote que le acompañaba. Como último y cruel recurso, los franceses hicieron comparecer junto al cadalso a su familia, vistiendo anticipados lutos. Abrazándose a él esposa e hijos, le suplicaron aceptara las ofertas de libertad. Con gran presencia de ánimo, el Capitán Moreno Baptista desenlazó de su cuerpo aquellos brazos que lo aferraban, y cariñosamente dijo a su mujer: "Sepárate María; mi gloria es morir por la Patria. Recuérdaselo a tus hijos". Valerosamente ofreció su cuello a la soga del verdugo, muriendo con la entereza de un mártir.
Estatua del Capitán Moreno
en Antequera
Con el fin de perpetuar su memoria, y deseando además, que el ejemplo de su heroísmo y abnegación sirviera de poderoso estimulo que incitara en los demás el noble deseo de imitarlo, decretaron las Corles Generales del Reino, con fecha 10 de Diciembre de 1812, que se pasara siempre revista a aquel benemérito oficial como si existiera en el Regimiento de Málaga, al que había pertenecido. De igual forma, ya en nuestros días, su nombre figuraba, con carácter honorífico, en cabeza de los de su empleo en la Escalilla del Arma, con el siguiente texto: "Muerto gloriosamente en Granada el 10 de Agosto de 1810, por defender la independencia de la Patria". En dicha ciudad, con motivo del centenario de su muerte, fue colocada una lápida conmemorativa en la iglesia de San Ildefonso, donde yacen sus restos.

 En 1908, la ciudad de Antequera ya honró a este héroe de la independencia dedicándole una estatua de bronce que fue realizada por el famoso escultor local Francisco Palma García.

lunes, 17 de junio de 2013

Pétain rinde Francia a los nazis el 17 de junio 1940

Mapa de Francia en junio de 1940. En rojo
la Francia ocupada, en  lila  la Francia de Vichy y
en verde la zona ocupada por los  italianos

El 14 de junio de 1940, París fue ocupada por las tropas nazis, y el 17 de junio, el mariscal Henri Pétain anuncia su intención de firmar un armisticio con Alemania. El armisticio, firmado el 22 de junio de 1940 en Rethondes, autorizó la ocupación de más de la mitad del territorio francés. El 29 de junio, el Gobierno se instaló en la ciudad de Vichy, una zona libre no ocupada por el ejército alemán. La ciudad de Vichy presentaba las ventajas de tener una eficiente red telefónica y un gran número de hoteles que serían requisados para alojar los diferentes ministerios y embajadas.
El 10 de julio la Asamblea Nacional, reunida en el Casino de Vichy, otorga al mariscal Pétain todos los poderes gubernamentales y buscará la promulgación de una nueva Constitución que nunca vería la luz, con lo que el Estado francés permanecería durante todo el mandato de Pétain como un estado provisional y plenamente colaboracionista,  que permitió el arresto de judíos y de miembros de la resistencia francesa, enviándolos a los campos de concentración nazis.
Pétain con Hitler en octubre de 1940
Pétain participó brillantemente en la Primera Guerra Mundial lo que le valió apodo de "El vencedor de Verdún". Llegó a ser Jefe del Estado Mayor, Ministro de Guerra en 1934, Embajador en España en 1939 y Primer ministro en 1940, tras la dimisión de Paul Reynaud, con plenos poderes gubernamentales para firmar el armisticio con Alemania.
El 10 de julio Pétain fue proclamado Jefe del “Estado Francés” (gobierno de Vichy) en sustitución de la III República y Laval ocupó el cargo de Presidente del Consejo de Ministros.
Miembros de la Resistencia francesa detenidos por la
milicia del gobierno de Vichy. Julio de 1944.

Tras la invasión de Normandía en junio de 1944, y tras la toma de París en agosto, Pétain y Laval se vieron obligados a buscar la protección de Alemania siendo sacados de Vichy e instalados en la localidad alemana de Sigmaringen como refugiados hasta el final de la guerra. Al finalizar la guerra, ambos fueron capturados, juzgados, encontrados culpables de alta traición y condenados a muerte. Laval huyó a España, pero fue entregado al gobierno gaullista y fusilado por traición en octubre de 1945. Sin embargo, Charles de Gaulle conmutó la pena de Pétain por una cadena perpetua siendo confinado en el Fort du Portalet, en los Pirineos, y posteriormente fue transferido al Fort de la Citadelle, en la Isla de Yeu donde murió el 23 de julio de 1951 a los 95 años.

martes, 11 de junio de 2013

Alesón: la leyenda jacobea de Poyo Roldán

El caballero franco Roldán
El Camino de Santiago está jalonado por una serie de acontecimientos acaecidos a lo largo de los tiempos y que forman parte de lo que se denominan “leyendas jacobeas”. Una de estas populares leyendas y de las más extendidas es la que tuvo lugar en las inmediaciones de la ciudad de Nájera, en los parajes de Alesón,  entre el caballero franco Roldán y el gigante Ferragut.
Al término de Alesón aún se le conoce como Poyo Roldán y es el lugar dónde la tradición sitúa la gesta. Además en este lugar dicen que se encuentra enterrado un gran tesoro como pago de sus habitantes dela zona a los capitanes galos al cuyo frente se encontraba Roldán. En la localidad de Navarrete esta leyenda está reflejada en dos capiteles.
Poyo Roldán, lugar donde dice la leyenda que tuvo
lugar el combate entre Roldán y Ferragut
El gigante Ferragut luchando
con Roldán
Según cuenta la leyenda,  en su peregrinaje a Santiago, Roldán y sus caballeros se quedaron a pasar la noche en la villa de Alesón. Al amanecer del día siguiente partieron hacia la atalaya del Poyo, desde donde divisaron el castillo de Nájera. El señor del castillo era un gigante sirio llamado Ferragut, que según decían contaba con siete codos de altura, un palmo de nariz y la fortaleza de cuatro hombres. El gigante retó a Roldán en combate y el caballero franco aceptó el reto.
El combate tuvo lugar en la explanada que se extendía entre el castillo najerense y la atalaya de Alesón. Tras varias horas de dura lucha entre los dos bandos a caballo, Roldán y Ferragut acordaron una tregua y el gigante, reconociendo la valía del caballero, le ofreció perdonarle vida si dejaban de luchar, a lo que Roldán se negó rotundamente.

La batalla duró dos días con sus dos noches de batalla hasta que el gigante agotado cayó sobre Roldán y sus más de doscientos kilos lo inmovilizaron por completo. El caballero franco  se dio cuenta de que el único punto vulnerable de Ferragut era su ombligo y, con las fuerzas que aún le quedaban, consiguió clavar su puñal en él, causándole la muerte.

Así, dice la leyenda que fue como los árabes abandonaron Nájera y Roldán se ganó la fama de mejor guerrero de la cristiandad.