Sargento de Infantería de Marina |
El día 20 de septiembre de 1.920, el teniente
de Infantería don José Enrique Varela Iglesias, con destino en el Grupo de
Fuerzas Regulares Indígenas de Larache Nº 4, tomó parte en el combate librado
en las inmediaciones de Muires y Rumán (Larache).
Varela se había distinguido siempre, ya tuvo
su bautismo de sangre en la loma de Kudia Majzen, el 21 de Abril de 1919, lo que le dio a conocer en
la prensa española.
La madrugada del 20 de Septiembre de 1920
contempla la salida de las fuerzas españolas, una columna mandada por el
General Barrera, que va a operar sobre la cuenca del Lucus para ocupar las
posiciones de Adda Taxia y Muires. Apoca distancia de allí, dentro de la cueva
de Rumán, hay apocada gente del Raisuni. La posición es envidiable; dominan el
valle y el río con sus disparos; están protegidos por un alto parapeto que
oculta la entrada de la cueva y, además, el terreno que la rodea favorece la retirada
y la dispersión.
En punta de vanguardia va la Policía Indígena.
El campo despejado es presagio de peligro, ya que el enemigo debe estar
apostado en las inmediaciones. De pronto, los hombres del Raisumi inundan de
plomo todo el valle causando un gran número de bajas entre las tropas
españolas. El monte Muries va a ser un monte muy difícil de tomar.
La Policía Indígena logra pegarse al terreno y
contesta al fuego enemigo. Detrás de ella se aproxima la vanguardia formada por
tres Tabores de Regulares de Larache. El desconcierto es notorio debido a la confusión
que se ha producida al ser detenida la columna por el fuego de los hombres del
Raisumi.
El teniente Varela, jefe accidental de una de las
compañías de regulares de la vanguardia, es partidario de tomar la posición,
para lo que solicita a su superior, el Teniente Coronel González Carrasco, la
autorización para despejar la zona.
Una vez conseguido el permiso y reconocido el
terreno, Varela decide avanzar con los sargentos Muñoz, Méndez, Cañas y veinte
de sus hombres, al tiempo que ordena al teniente
Grimal que le siga con su
sección y al teniente Fleita que apoye con el fuego de la suya el avance.
Varela, cubierto por el fuego de la sección de
Fleita sitúa a sus hombres a la entrada del barranco, al pie de la cueva de Rumán.
Ordena a Grimal que se sitúe al otro
lado de la cueva y que le siga en el asalto a la posición.
Los hombres de Varela se aproximan
sigilosamente hacia la entrada de la cueva, sorprendiendo a los defensores que
son incapaces de resistir el empuje de los asaltantes. La lucha cuerpo a cuerpo
es feroz, pero con la llegada de teniente Grimal, el enemigo huye tras dejar 26
muertos y un prisionero. Los hombres de Varela han tenido 16 bajas, y el propio
teniente lleva una herida leve en el pecho, producida por arma blanca, la
primera de sus cinco heridas de guerra en Marruecos,.... Pero, finalmente, la
victoria es de Varela.
José
Enrique Varela nació en San Fernando (Cádiz) el 17 de abril de 1891, hijo de un
sargento de Infantería de Marina. Su gran ilusión era ser oficial de Infantería
del Ejército y así se lo hizo saber a su padre cuando todavía era un niño:
"Mi deseo es pertenecer a fuerzas de choque para luchar en primera fila en
defensa de mi Patria".
Siendo Teniente de Regulares ganó las dos Laureadas |
Debido
a la modesta situación económica de su familia, comienza su vida militar a los
18 años como corneta en el 11º Regimiento de Infantería de Marina, donde alcanzó,
en tres años, los empleos de soldado, cabo y sargento. Siendo sargento se acoge
a los beneficios para ingreso en las Academias de Oficiales y así el 23 de
julio de 1912 ingresa en el Alcázar de Toledo como cadete de XIX Promoción de la
Academia de Infantería.
El
24 de junio de 1915 obtuvo el despacho de segundo teniente siendo destinado al
Regimiento de Infantería "Ceriñola" nº 42 en la plaza de Melilla. Solicita
destino al Grupo de Fuerzas Regulares Indígenas nº 4 de Larache, al que se
incorpora el 2 de junio de 1916 y en el que destaca por su valor, arrojo y
disposición para ocupar los puestos de mayor riesgo y fatiga, lo que finalmente
le hizo merecedor de dos laureadas.
Así,
en la Real Orden de 12 de diciembre de 1921, se le concede la primera de la más
preciada condecoración militar española en tiempos de guerra, que solía
concederse generalmente a título póstumo, reflejaba el incuestionable valor del teniente Varela. La Orden
decía así:
"El Teniente Varela al mando de
una Sección de 20 hombres atacó la cueva de Ruman (Larache) el 20 de septiembre
de 1920. Situada en un recodo del río Lucus, en las inmediaciones de Mexerach, este
centro de resistencia del enemigo perfectamente oculto, impedía el paso de la
columna operante causándole numerosas bajas. Se intentó por dos veces reducir
la resistencia sin conseguirlo; lejos de ello, el enemigo, envalentonado,
rechazó las fuerzas que le atacaban cogiéndoles numerosos prisioneros. El
Teniente Varela se ofreció voluntario para llevar a cabo el tercer intento al
frente de una compañía de Regulares que situó convenientemente, excepto 20
hombres que eligió, y después de enardecerlos con su ejemplo se lanzó al
interior de la cueva luchando encarnizadamente dentro de la misma cuerpo a
cuerpo y al arma blanca con el enemigo, haciéndoles 30 muertos en el interior y
poniendo al resto en franca huida. Al salir de la cueva, de los 20 hombres sólo
quedaban vivos el Teniente Varela y cuatro más. Continuó la operación
normalmente, sin más consecuencias graves".
Era General de Brigada a comienzos de la Guerra Civil en 1936 |
Posteriormente,
recibiría una segunda laureada por su extraordinario valor y heroísmo durante
la ocupación y defensa de la meseta de Abdama el 12 de mayo de 1921. El 11 de
junio de 1921 asciende a capitán por méritos de guerra y el 15 de octubre de 1922, el Rey Alfonso XIII
le impone públicamente las dos laureadas en Sevilla. El 12 de marzo de 1924 asciende
por méritos de guerra a comandante y, dejando las Fuerzas Regulares, es
destinado como observador aéreo al aeródromo norteafricano de Tahuima. Finalmente
es nombrado jefe de la "Harka de Melilla", al frente de la cuál conseguiría, 24 de marzo de 1925, la Medalla
Militar individual por su heroica acción del monte Ifermín.
Tras
tomar parte en el desembarco de Alhucemas, el 27 de febrero de 1926 es
ascendido al empleo de teniente coronel también por méritos de guerra y se le dio el
mando del Grupo de Fuerzas Regulares Indígenas de Ceuta nº 3.
Al
finalizar la campaña de Marruecos, es ascendido por méritos de guerra al empleo
de coronel, teniendo que dejar el mando del Grupo de Regulares, pasando a viajar
por Alemania, Francia y Suiza, al objeto de conocer la organización de la
Infantería de dichos países. A su regreso se le concede el mando del Regimiento
de Infantería de la Base Naval de Cádiz nº 67.
El
18 de julio de 1936, Varela, que había sido ascendido a general de brigada el
26 de octubre de 1935, encabezó el alzamiento militar en Cádiz en donde se
encontraba en situación de disponible forzoso y detenido cautelarmente. A
partir de ese momento y durante toda la contienda participó y dirigió con éxito
algunas de las más importantes operaciones del bando franquista: Córdoba,
Antequera, Ronda, Toledo con la liberación del Alcázar, Segovia, Brunete,
Teruel, etc., en las que participaron bajos sus órdenes diversos tabores de las
Fuerzas Regulares Indígenas.
Al
finalizar la Guerra Civil, ya como general de división, fue nombrado Ministro
del Ejército, puesto que ocupó desde el 9 de agosto de 1939 hasta el 3 de
septiembre de 1942, periodo en el que se creó el Estado Mayor del Ejército, la
Escuela Politécnica de Ingenieros de Armamento y Construcción, el Regimiento de
la Guardia del Jefe del Estado, se restablecieron las Capitanías Generales y la
Academia General Militar, se reorganizaron,
entre otros organismos, los Gobiernos Militares, el Ejército de Marruecos y el Museo Histórico del Ejército.
Monumento a Varela en la Plaza del Rey de San Fernando (Cádiz) |
El
11 de julio de 1941 asciende al empleo de teniente general y el 5 de marzo de 1945 es nombrado Alto Comisario
de España en Marruecos, General en Jefe del Ejército de África, Inspector de La
Legión y de las Tropas Jalifianas así como Gobernador General de Ceuta y Melilla.
Placa del monumento |
El
24 de marzo de 1951 fallece en Tánger de leucemia, trasladándose su cuerpo a
Tetuán y a continuación a Ceuta y Cádiz, para ser enterrado en su ciudad natal
de San Fernando con honores de capitán general.
Varela
alcanzó las siguientes condecoraciones: dos Cruces Laureadas de San Fernando,
una Medalla Militar individual, dos Medallas Militares colectivas, una Cruz de
María Cristina, tres Cruces de Guerra, Cruz, Placa y Gran Cruz de la Real y
Militar Orden de San Hermenegildo, cinco Cruces del Mérito Militar con
distintivo rojo, una Gran Cruz del Mérito Militar con distintivo blanco, una
Gran Cruz del Mérito Naval, una Gran Cruz del Mérito Aeronáutico con distintivo
blanco, una Cruz del Mérito Naval con distintivo rojo, una Medalla de
Sufrimientos por la Patria, una Medalla Militar de Marruecos con el pasador de
Larache, una Medalla Conmemorativa de las Campañas, una Gran Cruz de la Orden
de la Medhania, una Medalla de la Campaña, una Gran Cruz de la Orden de la
Corona de Italia, una Gran Cruz de la Corona de Rumania, una Gran Cruz de la
Orden Militar de Aviz de Portugal, una Gran Cruz de la Orden Militar del Águila
de Alemania, una Cruz de Guerra de Francia, una Gran Cruz de la Orden Militar
del Sol de Perú, una Gran Cruz del Mérito Militar del Brasil, un Gran Cordón de
la Orden Ouissan Alaouita de Marruecos, una Gran Cruz de la Orden de Isabel la
Católica, la Medalla de Oro de la Ciudad de Melilla y la Medalla del Mérito
Militar Jerifiano, concedida a título póstumo por el Sultán de Marruecos. A esto
se unió el título de Marqués de Varela de San Fernando.