viernes, 30 de noviembre de 2012

Los navarros en la conquista de Albania. La Gran Compañía Navarra

Campaña de Albania. Cartel de la película

En 1376 el rey Carlos II el Malo de Navarra autoriza, al mando de su hermano Luis de Evreux, conde de Beaumont-le-Roger, la expedición para ayudar a su hermano a recuperar Durazzo y el Reino de Albania, al que pertenecía por derecho de consorte, ya que Luis estaba casado con Juana de Sicilia, duquesa de Durazzo, hija de Carlos de Sicilia, de la rama Anjou-Tarento, segundo duque de Albania. Para ello se creó la Gran Compañía Navarra, conocida entonces como “Compañía Blanca”.
Entre 1375 y 1376 muchos aventureros, guerreros navarros y gascones, entre los que se encontraban un gran número de ingenieros se alistaron en la compañía, según consta en los documentos del Archivo de Pamplona donde se conservan las listas de los soldados enrolados. Estos soldados cobraban un salario  de 30 florines aragoneses de oro al mes. Carlos V de Francia ayudó a Luis con 50.000 ducados para la campaña contra los Albaneses.
Escudo de Armas del Infante Luis
Entre de febrero de 1375 y  junio de 1376 se reclutan 800 hombres que salen desde Tudela, por el Ebro, hasta Tortosa de donde parten hacia Albania. En 1376, desembarcan en tierras balcánicas. Conquistan la ciudad de Durazzo y restablecen el Reino de Albania. Pero el infante Luis muere ese mismo año y las tropas dejaron de percibir la paga de 30 florines. La misión había perdido todo su sentido, sin un caudillo firme, sin medios para volver a casa y abandonados en tierra extraña, la suerte de sus miembros cambiará por completo al decidir emplearse como mercenarios para sobrevivir. Durazzo, la empobrecida capital de la Albania estaba rodeada por un insalubre terreno pantanoso, lo que dificultaba aún más su situación. A todo esto se unió que su señora, Juana de Anjou, contrajo nuevas nupcias con Roberto, duque de Artois, lo produjo que se sintieran engañados y se desligaran del juramento de fidelidad que debían a los duques de Durazzo, poniéndose a las órdenes del mejor postor, que resultó ser el rey de Aragón Pedro IV. Éste acepta sus servicios cuando así lo autorice su legítimo sobrerano el rey de Navarra.
La Gran Compañía de Navarra. Fotograma de la película
En 1377 se dividen en cuatro experimentadas compañías, al mando de los gascones Pedro de la Saga y Mahiot de Coquerel, camarlengos del rey de Navarra, y de los navarros Juan de Urtubia y Guarro, quienes ostentan el título de escuderos reales, o de bailets de cambra como se les llama también en los documentos del Archivo de Pamplona.
Pronto adquirieron una temible reputación. Hacen su primera aparición histórica en el escenario del Oriente, como jefes de la Compañía, los que han de ser sus principales caudillos: Juan de Urtubia y Mahiot de Coquerel. No satisfechos con el rey aragonés:  
Juan de Urtubia, atacó Tebas en 1379 y después Atenas, que estaba por entonces en manos aragonesas. También tomó Corfú, Tesalia y el castillo de Zonjón, al que llamaron “Castellum Navarrorum” o castillo de los navarros y que terminaría llamándose Navarone, donde se produjo la célebre batalla en 1827. Urtubia conquistó Beocia y se pierde su pista en otoño de 1381.
Walter Vidarte como Juan de Urtubia. Fotograma de la película 
Mahiot de Coquerel, negoció el traslado de la Compañía a Acaya, donde apoyó las pretensiones  de Jaime de Baux, al trono de Bizancio, quien lo nombró baile del principado en 1381, cargo que ejerció hasta su fallecimiento.
Pedro de la Saga, o Pierres de Lassaga, como se le denomina en otros testimonios diplomáticos posteriores, regresó y se casó con Juana, hija bastarda de Luis de Evreux.
La Gran Compañía Navarra fue una tropa de mercenarios, reclutados en Navarra y Gascuña, para la expedición a Albania, que lucharon en distintos territorios griegos a finales del siglo XIV y principios del XV.                                                             
Alfonso Ungría rodó en 1983 la película “La Conquista de Albania” que marra la epopeya de esta Compañía en Albania.

Bibliografía

Rubio Lluch, A. (1923).  Conquista de Tebas por Juan de Urtubia: episodio de Historia de los Navarros en Grecia. San Sebastián: Diputación de Guipúzcoa.
Setton, K. M. (1975). A History of the Crusades, Volume III: The Fourteenth and Fifteenth Centuries. Wisconsin: Universidad de Wisconsin.

jueves, 22 de noviembre de 2012

El Castillo de Peracense, un baluarte en la defensa del Reino de Aragón

Entrada Principal
El castillo de Peracense es uno de los más bellos y desconocidos castillos aragoneses. Rodeado de un entorno natural único, sus constructores aprovecharon la topografía original del terreno para construir un enclave defensivo de primer orden. Se asienta sobre una prolongación rocosa de rodeno fuertemente escarpada, que pertenece a la terminación sur de Sierra Menera, junto al cerro de San Ginés a 1.365 metros sobre el nivel del mar.
Esta fortaleza está conformada por tres recintos concéntricos dejando un recinto totalmente integrado en el paisaje. Un aspecto singular del castillo es su sistema de captación de aguas pluviales, formado a base de canaliflos ejecutados en la roca natural, que conducen las aguas recogidas a cisternas y aljibes excavados en la roca y que se encuentran situados en los dos recintos interiores.
Montaje fotográfico del Castillo del Peracense
Su carácter de atalaya privilegiada le permite enlaces ópticos con los enclaves próximos como Monreal del Campo, Bueña, Aguatón, Singra y  el cerro de San Ginés.
El lugar ya fue ocupado desde finales de la Edad de Bronce pasando por el iberos y romanos, siendo en la época islámica cuando retome su actividad; pero será durante la Baja Edad Media cuando su importancia estratégica y militar se acrecienta por su posición limítrofe, entre los reinos de Castilla y Aragón y de los señoríos de Albarracín, Molina de Aragón y Comunidad de Daroca.
En época musulmana, un documento habla del fuero de Daroca del año 1142 en el cual Ramón Berenguer IV (1131-1162), rey consorte de Aragón y conde de Barcelona, dispone “que el castillo ganado al enemigo por vecinos de Daroca queda en poder suyo y de su descendencia, mirando siempre por la utilidad del reino y guardando fidelidad al Rey”.
En el siglo XIII Pedro III el Grande (1276-1285), rey de Aragón, lo utilizó en 1284 para la conquista del señorío de Albarracín que estaba en poder de Pedro de Azagra.
Posición del castillo en la frontera entre los reinos
De 1301 a 1317 fue su alcaide Juan Ximénez de Urrea, pieza clave en la defensa del Reino, gracias a situación estratégica en la divisoria de las cuencas del Ebro y Tajo. En 1370 era alcaide Gonzalo Fernández de León y en 1373 Pedro Martínez. En 1379 don Jimeno de Urrea lo dio a la Comunidad de Daroca, que siguió nombrando sus alcaides hasta 1702. Esta fortaleza había sido la más importante levantada por la Corona aragonesa.
En el siglo XIV la fortaleza fue reparada y guarnecida para utilizarse como base de aprovisionamiento de sus ejércitos, jugando un papel destacado en la guerra entre Pedro I de Castilla y Pedro IV el Ceremonioso, la conocida como “guerra de los dos Pedros”. No sufrió ningún asedio, ya que primera línea fronteriza quedaba defendida por el castillo Rodenas. El castillo aparte de proteger la frontera servía de cobijo para víveres y soldados y era punto de descanso de las tropas.
Falsa Torre del Homenaje.
Parte principal del Castillo
Sirvió de cárcel en 1469 y tuvo que ponerse en estado defensa en 1452. Tras la unión de Castilla y Aragón con el matrimonio de los Reyes Católicos, el castillo perdió importancia y cayó en el olvido y posterior abandono. En el siglo XV, según algunas fuentes, existe en el castillo una ceca donde se acuñaba moneda falsa. En el año 1575 es alcaide Lorenzo Mateo, notario de Singra, sexmero, procurador consejero de la Comunidad.
Su último episodio bélico fue durante las guerras carlistas de 1840, cuando fue habilitado y vivió una gran actividad, albergando entre sus muros un destacamento de soldados isabelinos.
Es en 1987 cuando, dado su interés que suscita por su singularidad, el Gobierno de Aragón dentro de la restauración de su patrimonio, acomete dicha iniciativa, trabajando paralelamente en las excavaciones que han dado como resultado diferentes hallazgos, tales como los restos de una cantera en el interior del recinto exterior, la cual se utilizaba para la extracción de obleas circulares de piedra de ródeno, que eran utilizadas como piedras de molino y se basó en el proyecto del arquitecto Pedro Ponce de León.
En la actualidad se realizan en él encuentros de recreación medieval.. Un lugar que merece la pena visitar.

lunes, 19 de noviembre de 2012

Muestras de valor


Aquí pongo tres anécdotas sobre lo que podríamos considerar como "muestras de valor", bien por las circunstancias o por la personas que las protagonizaron:
Carlos I de Inglaterra

Es conocido el caso del rey Carlos I de Inglaterra, que había sido condenado a muerte por el Parlamento dominado por los republicanos de Oliver Cromwell en 1649, cuando se disponía para dirigirse al cadalso, se decidió por colocarse dos camisas en lugar de una, a lo que su ayuda de cámara le preguntó el motivo de tal decisión, y el rey le respondió:
  • Reparad en que el día es frío y con una sola camisa tiritaría; no quiero que mis enemigos interpreten como cobardía el hecho de que llegara a temblar de frío.


Fusilamiento de Diego de León en Madrid
Diego de león, conde de Belascoain, que conspiró contra el gobierno del general Baldomero Espartero para reponer a la reina María Cristina, viuda de Fernando VII en la regencia en 1841, fracasó en su intento, apresado y llevado ante un paletón de fusilamiento. Como los soldados del piquete dudaban a la hora de disparar sobre él, el general cordobés les gritó:
  • “Soldados, al corazón”.

Tras el grito le dijo a quien le asistía:
  • Me temo que no acierten, no sería la primera vez que me han disparado de cerca sin dar en el blanco. 

Napoleón y Dupont
Napoleón Bonaparte estaba enemistado con su antaño amigo, el capitán Dupont. En cierta ocasión coincidió con él y para no saludarlo el emperador, molesto por el encuentro, le dio la espalada. Entonces el capitán se le acercó y le dijo:
  • Sire, gracias por contarme entre vuestros amigos.

Napoleón contrariado por el comentario de Dupont, le dijo:
  • Os di la espalada para fingir que no os había visto y así no tener que saludaros.

Y Dupont, le respondió:
  • Yo me refería a que el Emperador jamás da la espalda al enemigo, y dándomela a mí, me tuve por amigo.


lunes, 12 de noviembre de 2012

El Castillo de Mora de Rubielos


El castillo de Mora de Rubielos es un monumento representativo del gótico meditarerráneo situado en la parte más alta de la villa.
Castillo de Mora de Rubielos
En 1171 la villa fue conquistada por las tropas de Alfonso II el Casto (conocido también como el Trovador). Desde esa fecha y hasta 1204 fue la plaza cristiana más avanzada de la Corona de Aragón, frente al reino musulmán de Valencia.
En enero del 1198 el rey de Aragón Pedro II, sucesor de Alfonso II,  donó la villa, el castillo y el extenso territorio que le pertenecía a Pedro Ladrón. Su sucesor e hijo Jaime I el Conquistador, en el 1255 donó la Baronía de Jérica (Castellón) a su hijo bastardo don Jaime, que incluía la villa de Mora.
Durante la guerra de los dos Pedros (1356-1369), entre Pedro IV de Aragón, el Ceremonioso, y Pedro I de Castilla, la villa sufrió la ocupación de las tropas castellanas, en el año 1363. Al año siguiente volvió a manos aragonesas, comprometiéndose Pedro IV a mantener la Villa siempre unida a la Corona y concediéndoles diversos privilegios, todo ello en premio a que los moranos habían abierto las puertas de sus murallas al Conde de las Montañas de Prades.
Plano del Castillo
En 1367 los señores de Jérica vendieron la villa y el castillo a don Hugo, vizconde de Cardona,  quien a su vez lo vendió a don Blasco Fernández de Heredia, el 17 de octubre de 1367, y finalmente en 1370, pasó a Juan Fernández de Heredia III, llamado "El Póstumo" o "El Noble".
Serán los Fernández de Heredia quienes construyan el castillo actual y se constituyan en Señores de Mora. Don Juan Fernández de Heredia III (1310-1396), pertenecía a una de las ocho grandes familias de la Corona de Aragón y fue el primero de la dinastía que regiría Mora durante de cerca de cinco siglos. Militar, diplomático, marino y erudito, fue Gran Maestre de la Orden de San Juan de Jerusalén y anteriormente Castellan de Amposta, una de las Encomiendas más importantes de la Orden. Fue la figura más relevante de esta familia y de gran prestigio en el medievo aragonés. Hombre de gran cultura, fue consejero de Reyes y Papas, escribió varias obras, tradujo o compiló otras y tuvo gran relevancia en los Círculos Reales de Aragón y Pontificios de Aviñón y Roma. A su muerte todos los herederos hubieron de tomar el nombre de Juan por disposición testamentaria.
Patio 
Los Fernández de Heredia ampliaron sus territorios hasta las proximidades de Zaragoza. Fueron nombrados Condes de Fuentes de Ebro. Mora fue elevado a Marquesado por Privilegio Real en 1494.
En 1614 el XII Juan de Heredia, cedió el castillo a la Orden de San Francisco, cuyos religiosos habitaron la fortaleza hasta su desamortización en 1835. Los franciscanos realizaron importantes modificaciones en el edificio, destacando la construcción de una iglesia en el ala noroeste. De aquella época apenas quedan restos ya que en 1700 un gran incendio destruyó la biblioteca y el archivo. Tras el incendio hubo de realizarse reformas que alteraron el aspecto del castillo.
Escudo de los Fernández de Heredia
Con las desamortización de Mendizábal en 1835 el castillo pasa a ser dominio municipal destinándose a cárcel del distrito. Fue bastión liberal y asediado y dañado por las tropas carlistas. Tras las guerras carlistas continuó siendo utilizado como cárcel, posteriormente, tras la guerra civil de 1936 fue usado como Cuartel de la Guardia Civil. En 1931 es declarado Monumento Nacional (la villa de Mora fue declarada Conjunto Histórico-Artístico en 1978), y su restauración se inició en 1972 dirigida por don Antonio Almagro Gorbea.
El escudo de la familia, representando cinco o siete castillos, luce en varios lugares del castillo-palacio.

Fotos: Del Autor. Plano del Panfleto del Castillo de Mora, reseña de Antonio López-Sives

martes, 6 de noviembre de 2012

El Sistema defensivo del Ejército Español en Cuba. Las Trochas Militares

Al producirse la insurrección cubana, España no contaba en la isla con elementos suficientes para hacer frente a los rebeldes y se vio en la necesidad de enviar el mayor ejército colonial visto hasta entonces. El sistema defensivo se estableció por el «Plan de Trochas» consistente en unas líneas de vigilancia apoyadas con fuertes y blocaos a lo largo del despliegue.
EL SISTEMA DEFENSIVO ESPAÑOL EN CUBA. LAS TROCHAS MILITARES.
Juan Andrés Caballero Díez
Junio 2012

lunes, 5 de noviembre de 2012

Juan II de Aragón y Navarra


Juan II de Aragón
A la muerte de Alfonso V en Nápoles en 1458, subió al trono de Aragón su hermano Juan que contaba con 61 años de edad y que era desde 1425 rey de Navarra y desde 1435 lugarteniente de Aragón y Valencia.
Juan II, debido a su avanzada edad parecía destinado a servir de puente entre el reinado de su hermano Alfonso y el de su hijo primogénito y así establecer la unión de las coronas de Aragón y Navarra. Sin embargo, los acontecimientos desmintieron este hecho, Juan II vivió todavía 20 años más, su hijo primogénito murió y Aragón y Navarra continuaron separadas.
Juan de Aragón era el segundo hijo de Fernando de Antequera y durante su larga vida no estuvo exento de conflictos de gran magnitud. Su figura personaliza la tendencia dinástica hacia Castilla, de tal forma que desde su primer matrimonio con Blanca de Navarra, heredera de Carlos III el noble, al segundo con Juana Enríquez, hija del Almirante de Castilla, pasando por los vínculos matrimoniales de sus hijos y hermanos, alianzas políticas y continuas disputas con don Álvaro de Luna o con su propio hermano Enrique, todas sus acciones van encaminadas a adueñarse de la política castellana.
Juan II de Aragón
Su posición como rey de Navarra era un tanto peculiar, Rey consorte, reconocido como tal, utilizaba el título real para sus intervenciones en Castilla pero sin ejercer ningún acto de gobierno, lo que hacía su esposa. A la muerte de ésta en 1441, perdía sus derechos aunque en su testamento la reina hacía heredero universal a su primogénito Carlos, le recomendaba que no tomase el título real sin la bendición de su padre, a lo que éste se aferró como usufructuario de su mujer. Esto se complicó con su segundo matrimonio lo que, según el fuero de Navarra, invalidaba su usufructo. Pero el carácter de Juan II mantenía su postura que se agravó con su derrota en Castilla y su intromisión en el gobierno navarro que provocó la reacción del Príncipe de Viana y la creación de bandos enfrentados (beamonteses y agramonteses).
En Aragón desarrolló igualmente una política personal enfocada a satisfacer sus aspiraciones en Castilla y así el reino sufrió las constantes acometidas castellanas. Su reinado unido a sus años de lugartenencia (en la práctica fue el soberano durante este tiempo), enturbian la vida del reino con el encumbramiento de las instituciones por encima del poder real, la ruina moral de la monarquía, la lucha contra su hijo primogénito, la pérdida del control monárquico a favor de los grupos sociales privilegiados y el vacío de autoridad que padece el reino va a provocar un estado de alteración interna con enfrentamientos entre grupos, familias, pueblos, comunidades, etc., produciendo una nómina de guerras particulares o privadas interminable.
Cuando Juan II llega al trono de Aragón ya esta envuelto en los graves problemas navarros, las reclamaciones de su hijo y sus partidarios (beamonteses) ha hecho estallar la guerra civil contra los partidarios de Juan (agramonteses). La situación se complica enormemente cuando a partir de 1458 Carlos de Viana pasa a ser el primogénito del rey de Aragón y las Cortes del reino exigieron a Juan II que lo considerase como príncipe heredero. La intención del rey era muy distinta ya otorgó a su segundo hijo, Fernando, los títulos de duque de Montblanc, conde de Ribagorza y señor de Balaguer que deberían pasar a Carlos y que por tradición de la corona debían ser concedidos al sucesor, es decir al primogénito.
Carlos, Príncipe de Viana
Debido a la presión Juan II firma la Concordia de Barcelona, en enero de 1460, que resolvía el problema navarro pero no el aragonés. Se inicia un acercamiento entre padre e hijo que que dura poco ya que a finales de ese mismo año el Príncipe de Viana es detenido en Lérida y encarcelado. Se inicia una guerra civil donde el levantamiento popular obliga al rey a liberar a su hijo y firmar las Capitulaciones de Panadés, por las que lo reconocía como primogénito y heredero “presunto” de sus reinos y lugarteniente de Cataluña, Rosellón y Cerdaña. Esto tenía su trampa porque el reconocimiento de la primogenitura debía ser refrendada por las Cortes y el único que podía convocarlas era el rey.
La situación se allanó cuando en septiembre de 1461 murió el Príncipe de Viana, aunque se acusó a la reina de envenenarlo lo cierto es que la salud de Carlos era delicada y su encarcelamiento y la agitación de los últimos años la había deteriorado aún más. Su muerte se debió a un avanzado proceso de tuberculosis.
Fernando de Aragón
En las Cortes de 1466-68 se produce la jura del infante Fernando como Gobernador General, rey de Sicilia y corregente de su padre en el gobierno de Aragón. Fernando en 1468 informa a las Cortes de la muerte de su madre y debido a la ancianidad de su padre (que cuenta con más de 70 años, edad muy avanzada para la época) que es operado éxito de cataratas, se encomienda al favor y protección de los aragoneses.
En 1468 se va a producir un hecho decisivo para el posterior devenir de la Corona. Juan II deseoso de afianzar el flanco castellano y alejar toso intento de Enrique IV en los asuntos de su reino, trata el matrimonio del infante Fernando con la heredera al trono de Castilla, Isabel, hermana de Enrique IV, lo que logra con el apoyo del bando aragonesista que todavía perdura en la nobleza castellana. La ceremonia se celebra el 18 de octubre de 1469.
Juan II murió en Barcelona el 19 de enero de 1479 a los 82 años, siendo enterrado en el Monasterio de Poblet.
Fotos: Juan II de Aragón (2), Carlos, Príncipe de Viana y Fernando de Aragón