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El castillo de
Peracense es uno de los más bellos y desconocidos castillos aragoneses. Rodeado
de un entorno natural único, sus constructores aprovecharon la topografía
original del terreno para construir un enclave defensivo de primer orden. Se
asienta sobre una prolongación rocosa de rodeno fuertemente escarpada, que
pertenece a la terminación sur de Sierra Menera, junto al cerro de San Ginés a 1.365
metros sobre el nivel del mar.
Esta fortaleza está
conformada por tres recintos concéntricos dejando un recinto totalmente
integrado en el paisaje. Un aspecto singular del castillo es su sistema de
captación de aguas pluviales, formado a base de canaliflos ejecutados en la
roca natural, que conducen las aguas recogidas a cisternas y aljibes excavados
en la roca y que se encuentran situados en los dos recintos interiores.
Montaje fotográfico del Castillo del Peracense |
Su carácter de atalaya
privilegiada le permite enlaces ópticos con los enclaves próximos como Monreal del
Campo, Bueña, Aguatón, Singra y el cerro de San Ginés.
El lugar ya fue ocupado
desde finales de la Edad de Bronce pasando por el iberos y romanos, siendo en la
época islámica cuando retome su actividad; pero será durante la Baja Edad Media
cuando su importancia estratégica y militar se acrecienta por su posición
limítrofe, entre los reinos de Castilla y Aragón y de los señoríos de Albarracín,
Molina de Aragón y Comunidad de Daroca.
En época musulmana, un
documento habla del fuero de Daroca del año 1142 en el cual Ramón Berenguer IV (1131-1162),
rey consorte de Aragón y conde de Barcelona, dispone “que el castillo ganado al
enemigo por vecinos de Daroca queda en poder suyo y de su descendencia, mirando
siempre por la utilidad del reino y guardando fidelidad al Rey”.
En el siglo XIII Pedro
III el Grande (1276-1285), rey de Aragón, lo utilizó en 1284 para la conquista
del señorío de Albarracín que estaba en poder de Pedro de Azagra.
Posición del castillo en la frontera entre los reinos |
De 1301 a 1317 fue su
alcaide Juan Ximénez de Urrea, pieza clave en la defensa del Reino, gracias a
situación estratégica en la divisoria de las cuencas del Ebro y Tajo. En 1370
era alcaide Gonzalo Fernández de León y en 1373 Pedro Martínez. En 1379 don
Jimeno de Urrea lo dio a la Comunidad de Daroca, que siguió nombrando sus
alcaides hasta 1702. Esta fortaleza había sido la más importante levantada por
la Corona aragonesa.
En el siglo XIV la
fortaleza fue reparada y guarnecida para utilizarse como base de
aprovisionamiento de sus ejércitos, jugando un papel destacado en la guerra
entre Pedro I de Castilla y Pedro IV el Ceremonioso, la conocida como “guerra
de los dos Pedros”. No sufrió ningún asedio, ya que primera línea fronteriza
quedaba defendida por el castillo Rodenas. El castillo aparte de proteger la
frontera servía de cobijo para víveres y soldados y era punto de descanso de
las tropas.
Falsa Torre del Homenaje. Parte principal del Castillo |
Sirvió de cárcel en
1469 y tuvo que ponerse en estado defensa en 1452. Tras la unión de Castilla y
Aragón con el matrimonio de los Reyes Católicos, el castillo perdió importancia
y cayó en el olvido y posterior abandono. En el siglo XV, según algunas
fuentes, existe en el castillo una ceca donde se acuñaba moneda falsa. En el
año 1575 es alcaide Lorenzo Mateo, notario de Singra, sexmero, procurador
consejero de la Comunidad.
Su último episodio bélico
fue durante las guerras carlistas de 1840, cuando fue habilitado y vivió una
gran actividad, albergando entre sus muros un destacamento de soldados
isabelinos.
Es en 1987 cuando, dado
su interés que suscita por su singularidad, el Gobierno de Aragón dentro de la
restauración de su patrimonio, acomete dicha iniciativa, trabajando
paralelamente en las excavaciones que han dado como resultado diferentes
hallazgos, tales como los restos de una cantera en el interior del recinto
exterior, la cual se utilizaba para la extracción de obleas circulares de
piedra de ródeno, que eran utilizadas como piedras de molino y se basó en el
proyecto del arquitecto Pedro Ponce de León.
En la actualidad se
realizan en él encuentros de recreación medieval.. Un lugar que merece la pena visitar.
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