Hoy día en que se celebra la festividad de San Jorge patrón de Aragón, os voy a contar su historia y su leyenda. Primero decir que existen muchas leyendas sobre San Jorge y que es un santo muy venerado en Europa desde la Edad Media como abanderado de la lucha de la cristiandad contra los infieles.
San Jorge nació hacia el año 275 o 280 en Capadocia en tiempos del Imperio Romano. Era hijo de una familia noble romana de religión cristiana. Siendo niño perderá a su padre, Geroncio y viajará con su madre Policromía a Palestina, al pueblo de Lydda, de donde era su madre, y donde se criaría. En Palestina recibirá el tratamiento de caballero, llegando a ser tribuno y comes si haber alcanzado los 30 años, un hecho difícilmente alcanzable por aquel entonces. Pronto pasó a formar parte de la guardia personal del emperador Diocleciano. Éste emperador emitió un decreto autorizando la persecución de los cristianos por todo el imperio.
Jorge recibió órdenes de participar en la persecución y prefirió dar a conocer su condición de cristiano y criticar la decisión del emperador. Diocleciano enojado lo mandó torturar y posteriormente lo ejecutó. Tras diversas torturas fue decapitado frente a las murallas de Nicomedia el 23 de abril del 303. Su cuerpo fue enterrado en Lydda.
En el 494 Jorge de Capadocia fue canonizado por el papa Gelasio II. A partir de entonces se cuentan numerosas leyendas, hazañas y milagros sobre su figura. Su tumba todavía es venerada por los cristianos, principalmente por los ortodoxos griegos. En la inscripción de su tumba se lee: “San Jorge, portador del estandarte” en griego.
La leyenda del dragón
Una de las más famosas leyendas de San Jorge es la del dragón. Dicha leyenda dice así:
Siendo un joven oficial en tierras de Libia, estuvo en la ciudad de Silene, donde acudían dragones. Cuenta la leyenda que un dragón, estuvo atacando la ciudad durante un largo periodo de tiempo. El dragón era muy feroz y se llevaba niños, jóvenes y mujeres. Un buen día, el dragón exigió que le entregarán a la bella hija del Rey de Silene. El monarca horrorizado ofreció al dragón todas las pertenencias que tenía a cambio de la vida de su hija. El pueblo se indignó de aquellas palabras y exigió al rey que entregara a su hija ya que ellos habían perdido a sus hijos y seres queridos durante los ataques del dragón. Pero el rey no quería aquella muerte para su hija y para apaciguar los deseos del pueblo, aceptó entregarle a la princesa. La bendijo y la dejó a fuera de las murallas de su ciudad para que el dragón la recogiera.
San Jorge que en ese momento llegó a la ciudad se encontró con la bella joven a la que le preguntó que ocurría puesto que lloraba desconsolada. La doncella le respondió a sus preguntas como pudo y San Jorge le ofreció su ayuda y su protección. En ese momento, llegó el dragón enfurecido y San Jorge montó sobre su caballo, sacó su espada y se le enfrentó. Mientras luchaba se encomendó a Dios ofreciéndole aquella bestia del mal a cambio de la victoria. En su armadura el símbolo de la cruz en blanco lucía sobre su pecho y mientras luchaba seguía encomendándose al todopoderoso.
Una vez que venció al animal, pidió a la princesa que atara al cuello del dragón su cinturón. Las gentes del pueblo que siguieron el combate desde las murallas salieron a ver muerto al dragón, cargaron en carro a la bestia todavía viva y adormecida, a causa del impacto del caballero cristiano con su espada. Una vez en la ciudad, ante toda la población y del rey, San Jorge les dijo:
“El monstruo está dormido, no despertará, pero Dios quiere que le honréis recibiendo el sacramento del bautismo. Dejad vuestras creencias y entregaros al dios de los cristianos y a cambio yo mataré al dragón con mi espada”.
Enseguida que el dragón parecía que iba despertando la gente se horrorizó y se dejaron bautizar por el santo. En cuando el dragón despertó, San Jorge montó en su caballo y con un su espada atravesó al dragón, cayendo desplomado al suelo y entregando a Dios su victoria.
Su leyenda la trajeron los marineros y cruzados venidos de Siria en el siglo xi. Fue Grecia el primer país que introduce en su liturgia la vida de este santo. El emperador Constantino I construyó una iglesia en su honor convirtiéndolo en un beato para la iglesia ortodoxa griega. Los cruzados de la Tercera Cruzada (1189-1192) intentaron recuperar la iglesia destruida años atrás en el 1010 y posteriormente volvió a ser destruida por Saladino en el año 1191. No se pudo construir ninguna iglesia en aquel emplazamiento hasta el siglo XIX, en el año 1872.
La leyenda en Aragón
En Aragón la devoción a San Jorge, presentado como ideal del caballero cristiano, adquirió especial relevancia a partir del siglo xii, gracias a las órdenes militares, a los relatos de los cruzados y sobre todo, a la casa real aragonesa. Parece ser que San Jorge vino a Aragón de la mano del rey Pedro I, que parece ser, se le apareció durante la batalla de Alcóraz (Huesca) en el año 1096. Batalla rodeada de leyenda que relata cómo las tropas moras, situadas en Huesca buscaron el socorro del rey de Zaragoza Almozaben, que acudió al sitio con innumerables tropas. Al campamento cristiano acudió toda la nobleza montañesa con sus huestes, pero era inmensamente mayor el ejército musulmán.
Apareció entonces San Jorge luciendo cruz roja en pecho y escudo, y trayendo un caballo con él con las mismas cruces. Comenzada la batalla, todos quedaron admirados por su valor, siendo la victoria para los cristianos. En vano buscaron al caballero anónimo, San Jorge, para darle las gracias, pues había desaparecido como había llegado. Encontraron a su acompañante que contó que estando en Antioquía en la guerra de las cruzadas de Oriente, mataron a su caballo y al encontrarse en el suelo, lanzó el grito de guerra "¡San Jorge, a ellos!. Y cuenta la leyenda que inmediatamente vio a su lado a un joven caballero, que lo montó a la grupa de su caballo y volando por los aires lo transportó desde Tierra Santa a Aragón, a los llanos de Alcoraz en auxilio de los cristianos de Huesca, contribuyendo a su victoria sobre los moros.
Pedro II fue fundó en el año 1202 la orden militar de San Jorge en un castillo de Tarragona. Su hijo, Jaime I “El Conquistador” también habla de San Jorge en su libro de hechos, en la que relata que se le apareció el santo cuando estaba conquistando Mallorca y Valencia. Desde entonces, su leyenda está muy vinculada a la corona de Aragón.
San Jorge fue siempre el segundo patrón de Cataluña, después de Sant Jaume y el primero de Aragón, y adoptado como uno de los santos más venerados de la costa levantina española.
Fotos: San Jorge y el dragón y San Jorge matamoros en Alcoraz.