Hoy os pongo una leyenda peruana, que según cuentan dice así: Mama Galla era una mujer que vivía en lo alto del camino de Canta a Huamantanga, y ofrecía, a todo viajero que pasaba por la puerta de su casa, comida a base de carne con la que les engañaba.
Tenía la mujer una hija y dos nietos a los que cuidaba apartados del lugar donde agasajaba a los viajeros, para que no tuviesen conocimiento de sus malas artes. Pero un día en el que las faltaba la comida y hacía días que no pasaba ningún viajero, decidió matar a su hija.
Ocurrió que los nietos no la dejaban sola ni un momento, entonces les dijo que fuesen a traer agua en una cesta. Los chicos se negaron aduciendo que no se podía traer agua en una cesta. Entonces la abuela les dijo que pusieran piedras pequeñas en los agujeros de la cesta para taparlos, con el objetivo de que tardasen más tiempo y así poder cometer su crimen.
En el momento que los chichos salieron hacia el río, la Mama Galla llamó a su hija y cuando ésta se le acercó la degolló. A continuación se bebió su sangre, la descuartizó y echó los pedazos en un olla grande —una pampana—.
Cuando los chicos regresaron y preguntaron a la abuela por su madre, ésta les dijo que había ido a pastar con el ganado y que regresaría al día siguiente, pero los trozos de la madre, desde la olla, con el calor del fuego, decían:
— Hijos del alma mía, escapad y dirigíos al cielo, que yo os ayudaré.
Los chicos, al oír la voz de su madre, se ingeniaron la manera de huir. Le dijeron a la abuela que les enseñara el truco de poner las piedras en la cesta y durante el recorrido hacia el río se escondieron, regresaron corriendo a la casa y cogiendo los restos de su madre emprendieron la huída.
Cuando la abuela estaba a punto del alcanzarles, el arcángel San Miguel les mandó una cadena para que subieran por ella. La vieja también alcanzó a coger el extremo de la cadena, pero un pájaro —el acacllo— la cortó con su pico y la vieja comenzó a caer gritando:
— ¡Compadre zorro! ¡Compadre zorro!, tiéndete en el suelo para que al caer no me haga daño.
Pero al caer al suelo la cruel abuela, se convirtió en una laguna y la laguna la ahogó.
También dice la leyenda que la laguna existe y que en medio de ella hay una piedra a la que llaman Mama Galla.
El final de la leyenda se produce con la huída mágica de los niños al cielo, protegidos por diversos animales.
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