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Puerta de entrada al Patio de Armas |
El Castillo de San Felipe es una fortaleza defensiva del
siglo XVI ubicado en la ría de Ferrol que junto al Castillo de La Palma y al
Castillo de San Martin defienden la entrada de la ría de Ferrol formando el
llamado triángulo de fuego para la defensa de la Ría. Este sistema defensivo se
planteó ante la necesidad de resguardo y aprovisionamiento para las Armadas de
los Reyes de la Casa de Austria y permitió una defensa capaz de proteger las
instalaciones militares ante previsibles ataques enemigos, tanto por tierra
como por mar, ya que los castillos formaban un peligroso e insuperable
triángulo de fuego. Permitían, además, la colocación de una cadena tendida
entre el Castillo de San Felipe y el de San Martín que impediría la entrada de
tropas enemigas.
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Defensas del Castillo de San Felipe dominando la entrada a la Ría de Ferrol |
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Garita de vigilancia |
Estas fortificaciones dieron probada muestra de su valor
estratégico y disuasorio en varias ocasiones, así en 1693, durante el ataque
del Almirante Henri D´Escobleau de Sourdis a la Base Naval ferrolana, las
fuerzas francesas fueron rechazadas con facilidad. Igualmente el 26 de agosto
de 1800 se produjo el ataque inglés, al mando del general Pultney,
desembarcando las tropas inglesas en las playas de Doniños y San Jorge con el
objetivo de arrasar el Arsenal de la Marina y fueron sucesivamente rechazadas
desde el Castillo de San Felipe, retirándose a los Altos de Brión, donde
culminó la victoria española.
El Castillo fue construido en 1589 por iniciativa del rey
Felipe II, a quien debe su nombre, sufriendo sucesivos cambios hasta el siglo
XVIII en que adopta la actual disposición. Tiene planta en punta de flecha y
dirigía hacia el mar una doble línea de fuego organizada en dos pisos,
proyectando hacia su frente de tierra un gran hornabeque, que se formaba en
base a dos muros largos unidos por un frente de baluartes y una cortina
intermedia. Fue sufriendo sucesivas reformas
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Plano del Castillo |
en su estructura entre 1731 y
1775, según diseños concebidos por los ingenieros Francisco Montaigú, Juan de
la Ferrière y Juan Vergel. En el siglo XVIII era considerado un ejemplo de
“batería abaluartada”, gracias a que por una parte, disponía de una zona con
baterías de cañones dirigidos al mar, complementada con las de los castillos de
La Palma y de San Martín; y por la otra, contaría con un sistema de baluartes o
muros salientes cubriendo los flancos de las cortinas o muros frontales,
pensada para rechazar también los ataques por tierra.
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Patio de Armas |
Para entrar en él se cruza el foso que rodea al castillo y
se accede por la puerta principal, tras cruzar el puente levadizo. Pasado el
Cuerpo de Guardia se accede a una plaza con cuatro accesos en cuyo frente se
encuentra la zona más antigua donde se
sitúan las baterías y otros edificios de apoyo y almacenamiento de municiones.
Interesante es la entrada monumental que da acceso a la plaza de armas, de
construcción muy sencilla, presidida por un arco central, de fábrica lisa
coronada por una forma curva airosa y monumental. Sobre su arco de entrada
debió estar previsto el engaste de un escudo real.
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Castillo de La Palma visto desde el Castillo de San Felipe |
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