Hace
unos cuantos años llegó a mis manos la hoja de servicios de mi abuelo y después
de leerla concienzudamente, me enteré de una serie de hechos y acontecimientos
de los que era un total desconocedor al igual que todos los miembros de la
familia. En ese momento decidí guardarla hasta que llegase el momento oportuno
para escribir su historia. Ahora he considerado que ha llegado ese momento.
Al
leer los hechos que se reflejan en ella,
intento hacer volar la imaginación y trasladarme a aquellos angustiosos
momentos, aunque no lo consigo del todo. Tengo claro que por mucho que haya
leído, estudiado o investigado sobre la situación de Marruecos durante la
guerra del Rif, por mucho que intente dibujar en mi mente aquella situación, es
muy difícil, por no decir imposible, que pueda hacerme una idea real de lo que
sufrieron allí.
Su
hoja de servicios es un relato real y veraz de su participación en la guerra
africana desde que se incorpora al Batallón Arapiles nº 9, a principios de
1924, hasta que culmina la pacificación del Protectorado en 1927; es un relato
de las acciones realizadas durante los años de su permanencia en las Unidades
Coloniales; es un relato de la vuelta a casa; es un relato de su participación
en la guerra civil y también es un relato de tristeza, deshonor y olvido, un
relato que termina con el final de su
carrera militar.
No es el objetivo de esta historia contar aquí las penurias familiares que
pudiera pasar mi abuelo en aquellos angustiosos años del olvido, se trata de rendirle un modesto homenaje, sacar del olvido y dar a conocer su historia
militar tal como la vivió, que fue tan dulce como amarga, y hacerla extensiva a todos aquellos
que vivieron su misma situación que por
desgracia fueron muchos.
Estos
militares, que años antes no dudaron jugarse la vida por su país, por su
bandera y por su Ejército; que habían demostrado y acreditado con
creces su valor, perdieron su dignidad y
honor acusados del peor delito del que se le puede acusar a un militar, el de
rebelión militar o auxilio a la rebelión, por haber permanecido fieles a la
República a la que habían prestado juramento de fidelidad, y haber resultado
perdedores de la guerra civil.
Un
héroe olvidado… es un homenaje a mi abuelo y a todos aquellos militares,
olvidados como él, a los que les tocó vivir dos guerras seguidas, en las que la
primera los cubrió de gloria y la segunda de miseria y olvido, por encontrarse
en un momento determinado en un lugar que al final resultó ser el equivocado y
que ni la política, ni la sociedad y ni siquiera el tiempo han querido o no han
sabido reconocer.
Esta
es la historia de uno de esos héroes, hoy anónimo y olvidado, al que quiero
recordar.
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