miércoles, 25 de noviembre de 2015

Don Fadrique de Toledo

Don Fadrique de Toledo
Don Fadrique Álvarez de Toledo y Miranda nació en Nápoles el 30 de mayo de 1580, el mismo año en que su unieron las Coronas de Castilla y Portugal, era hijo de don Pedro de Toledo y Osorio, V Marqués de Villafranca y de doña Elvira de Mendoza.

Comenzó su brillante carrera militar sirviendo en galeras bajo mandato de su padre y posteriormente combatiendo contra turcos y bereberes lo que le supuso en 1618 ser nombrado capitán general de la Armada del Mar Océano al mando de la cual participaría en numerosos combates contra holandeses, ingleses y berberiscos.

En 1621 derrotó a la armada de los Países Bajos en la batalla naval de Cabo San Vicente y nuevamente en 1623 en la batalla naval del Canal de la Mancha. Ese mismo año derrota a una escuadra bereber junto a las costas de Gibraltar.
Toma de Salvador de Bahía por Pieter Hayn 

En 1625, ostentando el cargo de general del Reino de Portugal y capitán general del Brasil, se le ordena recuperar Salvador de Bahía que había sido conquistada por una flota holandesa de  26 navíos con 450 cañones y 3300 hombres. Don Fadrique se pone al mando general de las escuadras que se forman: la flota portuguesa, al mando de don Manuel de Meneses, con 22 navíos; la armada del Mar Océano con 11 navíos, al mando del propio don Fadrique; la armada del Estrecho de Gibraltar con 5 bajeles, al mando de  don Juan Fajardo de Guevara; la armada de Vizcaya con 4 galeones, al mando de don Martín de Valdecilla: la armada de las Cuatro Villas del Cantábrico con 5 bajeles, al mando de don Fadrique de Acevedo; y finalmente la armada de Nápoles con dos galeones y dos pataches. En total más de 12.000 hombres y casi 1.000 piezas de artillería. La potente armada llegaría a las costas brasileñas el 29 de marzo y con un ataque combinado por tierra y por mar, en tres semanas se rendía la plaza.

Recuperación de Bahía de Todos los Santos por don Fadrique de Toledo
En 1629 vence a los corsarios en la isla Nieve y expulsa a ingleses y franceses de la isla de San Cristóbal.

Su brillante carrera militar había hecho que don Fadrique fuese recompensado por Felipe III con el título de marqués de Villanueva de Valdeza y por Felipe IV con nuevos títulos y honores. Esto provocó el choque con el autoritarismo del conde-duque de Olivares quien acusó a don Fadrique de haber conseguido todo gracias al Rey, acusación a la que don Fadrique respondió afirmando que “había servido a S.M. gastando su hacienda y sangre, y no hecho un poltrón como el Conde-Duque”.

Recuperación de la Isla de San Cristóbal
Como la venganza se sirve en plato frío y conociendo el débil estado de salud de don Fadrique, Olivares le ordenó marchar nuevamente a las costas americanas a recuperar la plaza de Pernambuco y las aledañas ocupadas por los holandeses en 1630. Don Fadrique no aceptó y tuvo que renunciar a la misión por su estado de salud por lo que fue acusado de desobediencia y condenado al destierro, privándole de sus bienes y perdiendo todos sus honores.

Preso en Santa Olalla a principios de septiembre de 1634, moría un mes más tarde y aun así le sobrevivió la saña de Olivares, quien mandó que le fuera retirado el bastón de general y se desmontara el túmulo que se había preparado para sus funerales en la iglesia del Colegio Imperial de la Compañía de Jesús, la actual Catedral de San Isidro de Madrid.

La caída del conde duque de Olivares en 1643 acrecentó su fama como uno de los más valientes y destacados capitanes generales que tuvo la armada española, siendo el más destacado marino español de su época.

No hay comentarios:

Publicar un comentario