viernes, 2 de diciembre de 2022

LA TOMA DE ROSAS. 5 de diciembre de 1808

Gouvion Saint-Cyr

Invadida la Península por el Napoleón en noviembre de 1808, de los ocho Cuerpos de Ejército que formó con tal objeto, fue destinado el 7º a entrar por Cataluña y reforzar las tropas que allí había, libertando a Barcelona del estrecho bloqueo que la tenían puesto las fuerzas españolas.

Mandaba este Cuerpo el veterano general Gouvion Saint-Cyr, y lo formaban tres Divisiones a las órdenes de los Generales Pino, Souham y Chabot que, desde luego, marcharon sobre Figueras donde se les unió la del conde de Reille, encerrada en el castillo de San Fernando, con lo cual reunieron 24000 infantes, 2000 jinetes y 40 piezas de artillería.

Era un obstáculo para su marcha a Barcelona la plaza de Rosas, pues no disponiendo los franceses del mar que se hallaba dominado por las fuerzas navales de Inglaterra y España, no convenía dejar a retaguardia este puerto, por el cual podían desembarcar tropas que cortaran sus comunicaciones con Francia o, por lo menos, sirviera de centro de abastecimiento a las fuerzas españolas que por allí operaban, y que ponían en grave aprieto a Figueras y Gerona. Saint-Cyr decidió tomar dicha plaza, y se encaminó a ella con las Divisiones de Pino y Reille; la de Souham se colocó en la línea del Fluviá para observar el camino de Gerona, donde se hallaba la División de vanguardia de D. Mariano Álvarez de Castro, y la de Chabot cubrió las comunicaciones con Francia. El 7 de noviembre se presentó Saint-Cyr ante Rosas con 13604 infantes (17 batallones, 1328 jinetes (10 escuadrones encuadrados en cinco brigadas y dos divisiones), 458 artilleros (6 compañías a pie y a caballo) y 214 zapadores (2 compañías francesas y 1 italiana).

Arsenal del Castillo de
 San Fernando en Figueras

La plaza de Rosas se hallaba muy mal de fortificaciones, desmanteladas desde la campaña del Rosellón, en 1795, reduciéndose a la ciudadela construida en 1543, una trinchera que contorneaba la población, a partir de esta fortaleza, y un fuerte pequeño llamado La Trinidad. La ciudadela contaba con una guarnición de 3000 hombres de los Regimientos de Borbón, Ultonia, suizos de Wimpffen y somatenes, siendo su defensa encomendada al coronel de infantería don Pedro O'Daly, con el capitán don Carlos Espinosa como jefe de artillería y el coronel don Manuel Lemaur como jefe de ingenieros. La guarnición del fuerte de La Trinidad la componían 80 soldados españoles y 25 marineros británicos, todos ellos al mando del teniente coronel Fitz-Gerald. Reforzaba la guarnición una escuadra fuerza naval británico al mando del comodoro West, formada por dos navíos de 74 cañones, una fragata, tres grandes corbetas y dos o tres bombarderos, que estaba fondeada en el puerto.

Ciudadela de Rosas

Sabedores de la aproximación del enemigo, se procedió con gran actividad a reparar las brechas y averías de las fortificaciones, consiguiéndose, a fuerza de grandes trabajos, arreglar lo más preciso, y montar en batería unas 58 piezas de todos los calibres. Por el mar ayudaban algunos buques ingleses y españoles.

Presentados, como hemos dicho, los franceses el 7 de noviembre, se limitaron a bloquear la plaza los ocho primeros días, esperando que cesaran las lluvias torrenciales que caían; sosteniéndose varios tiroteos con la guarnición y somatenes del país que desde fuera hostilizaban a los franceses, consiguiendo los mandados por el capitán don Narciso Coderch sorprender en el pueblo de Llauza y capturar dos compañías italianas de cuatro que allí había destacadas; sin que pudieran salvarlos tres Batallones que acudieron en su auxilio, por lo cual Saint-Cyr prendió 180  campesinos, y los envió prisioneros a Francia.

Mariano Álvarez de Castro
El día 15, el general Reille dio un asalto al fuerte de Trinidad, pero fue rechazado con grandes bajas por los 200 hombres que lo guarnecían, y cesadas las aguas se empezó a montar una batería de brecha en la falda de Puig-Vom, se empezó el ramal de trinchera el 19, contra los frentes de los baluartes de San Jorge y San Felipe, trabajos dirigidos por el general de ingenieros Sauson que había mandado los hechos contra esta plaza en 1794.

Las salidas de las tropas de la guarnición desbarataban los trabajos, y hubo que emprender otra paralela a su izquierda, que tampoco daba resultado, suspendiéndose los trabajos para que Reille saliera a detener al invicto Álvarez de Castro que acudía con tropas a auxiliar a la plaza, y consiguiól hacerle retroceder a Gerona; el 24 se emprendieron otros trabajos contra el frente de los baluartes de San Antonio y Santa María, volado en 1794 y cerrado por una simple barricada de barriles llenos de tierra. Para esto había que apoderarse de la población, y el 26 lo hicieron los italianos atacando por la noche, no pudiendo resistir los 500 hombres que la defendían, que quedaron muertos y prisioneros, excepto 50 que pudieron refugiarse en la Ciudadela. El 27 intentaron reconquistar la población los españoles sin poderlo conseguir por ser el enemigo superior en número.

La toma de Rosas. Grabado

Este incidente era gravísimo, pues aislada la ciudadela del mar, no era ya posible retirar a la escuadra, heridos y enfermos, ni recibir auxilios, por lo cual su rendición era cosa de poco tiempo, dado ese estado y el estar dominado el pueblo por el francés.  El 2 de diciembre se hizo una salida afortunada, saliendo una columna por la parte del campo, rodeando las trincheras para caer sobre las baterías francesas por retaguardia ínterin que otra columna atacaba de frente, haciéndolo con tal fortuna que sorprendieron a los italianos que las guarnecían, poniéndolos en fuga, destruyendo material, piezas y trabajos, pero sin poder conseguir que el resto desocupara la población, por lo cual hubo que retirarse de nuevo a la Ciudadela. El 4 empezaron a bombardearlas 25 piezas de grueso calibre, y abierta brecha, sin víveres ni abrigo, a prueba de bomba, con más de 600 heridos y enfermos en su reducido recinto, y por tierra sus endebles muros, no hubo más remedio que rendirse, quedando prisioneros unos 2000 hombres sanos que desfilaron con todos los honores de guerra el día 6.
Thomas Cochrane

El fuerte de la Trinidad, mandado por don Lorenzo Fitz­Gerald, capitán del Ultonia, y reforzado por 80 marineros ingleses a las órdenes del luego famoso Almirante chileno Thomas Cochrane, rechazó un segundo ataque en la noche del 30 de noviembre, y al ver rendirse a la Ciudadela lo desocuparon, embarcándose en los buques ingleses, volando antes el repuesto de pólvora.

Así cayó Rosas después de veintiocho días de asedio, con murallas derruidas, y sin que la escuadra inglesa hiciera gran cosa por ayudarles, perdiendo más de 1000 muertos y heridos, pero causando al francés pérdidas más superiores.

 

Bibliografía:

·         Espí R., “Rosas”. 1908. La Ilustración Militar nº 95 Año IV.

·         Historia Militar de España. Cuarto sitio de Rosas (27 de noviembre - 6 de diciembre de 1808). (http://www.altorres.synology.me/guerras/1808_independencia/batallas/1808_12_06_rosas.htm)

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