El
5 de septiembre de 1921 los legionarios habían salido para proteger un convoy
que debía aprovisionar la posición de Tizza. Durante todo el camino fueron hostilizados
por el enemigo.
Aprovechando
que las posiciones habían quedado ahora mermadas de guarnición, los rifeños aprovecharon
para atacar Ait Aixa. Primero la bombardearon con el cañón que habían emplazado en el Gurugú y después se acercaron
en masa, abriendo fuego con sus fusiles. La posición iba a caer en manos de la
harca, y no había modo de conseguir que recibieran auxilio. En el campamento
legionario solo habían quedado los enfermos, los asistentes y los rancheros.
El
capitán Malagón, enfermo, ordenó tocar llamada, reunió a los soldados enfermos,
a los rancheros, a los conductores, a los heridos leves y a los escribientes y
salió en socorro de la posición, ayudado por dos oficiales recién incorporados
aquel mismo día y que esperaban el regreso del teniente coronel para que les
fuera asignado destino.
Escalaron
los peñascos cercanos al Barranco del Lobo y ganaron la posición. Cuando los
defensores recibieron el apoyo legionario su moral se reforzó considerablemente
y consiguen rechazar el ataque. El
precio había sido caro. El capitán Malagón es herido muy grave de dos balazos y
el alférez Cisneros leve; entre la tropa había tenido un muerto y tres heridos.
El
sacrificio de Malagón ilustra como pocos el Espíritu de acudir al fuego:
"La
Legión, desde el hombre solo hasta La Legión entera, acudirá siempre a
donde oiga fuego, de día, de noche, siempre, siempre, aunque no tenga orden
para ello".
Ese
mismo día La Legión combatió en cuatro frentes: había protegido el convoy a
Tizza, había
soportado
el hostigamiento en el blocao Mezquita, había defendido el puesto de Ait Aixa y
había sufrido el intenso bombardeo enemigo en Sidi Hamed.
Fuentes:
Alfonso Ruiz de Aguirre
Bullido: La legión en
las Campañas de Marruecos (1921-1927)
Francisco
Franco: Marruecos, Diario de una Bandera
Foto:
El capitán Malagón herido
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