martes, 18 de enero de 2011

D. Domingo Piris Berrocal, el único Teniente Coronel Legionario.


Domingo Piris Berrocal, nace en el pueblo cacereño de Herrera de Alcántara el día 2 de agosto de 1901. El 10 de octubre de 1920 ingresa en el recién creado TERCIO DE EXTRANJEROS, procedente del Banderín de Enganche de Cáceres, siendo destinado a la 4ª Compañía de la II Bandera, que manda el Comandante de Infantería D. Carlos Rodríguez Fontanes. Desde sus inicios en El Tercio, se distingue el legionario Piris Berrocal, en cuantas acciones de guerra participa con su Compañía y en las que El Tercio de Extranjeros, a las órdenes de su Fundador el teniente coronel Millán Terreros, forma siempre la vanguardia del ejército de operaciones. Y así, en su Hoja de servicios van apareciendo nombres como Amara, Ambar, Tizzi Azza, Coba Darsa, Tarfesit, Xauen, Alhucemas, y un larguísimo etc., donde la Legión ha estado presente y la sangre de sus legionarios (entre ellos la de Domingo Piris en seis ocasiones) ha sido derramada en profundidad. En nueve años (de 1921 a 1930), el Legionario Piris se coloca sobre su guerrera los galones de cabo, de sargento, de suboficial (entonces un empleo superior al de sargento), y finalmente el 20 de septiembre de 1930 asciende a alférez de la Escala Legionaria. Asciende a teniente a finales de 1935, a capitán en 1938, ya en plena Guerra Civil, a comandante legionario (grado creado por el Generalísimo en 1937 para ascender “A título póstumo” al capitán legionario Carlos Tiede Zedem, antiguo Oficial Prusiano) el 27 de noviembre de 1941.
Así se relataban, los hechos sobresalientes de los soldados españoles en campaña, en este caso del legionario Piris Berrocal hablaba el Legionario de Honor Eugenio de Pablo Landa:
“Durante 1924 se recrudecen los enfrentamientos en la zona melillense, coincidiendo con el levantamiento de las harcas de Yebala. Nuestro hombre es ya brigada -suboficial se decía entonces, separando el grado de sargento- cuando su cuerpo es nuevamente perforado por el plomo enemigo. A cambio de su sangre recibe dos nuevas cruces rojas y la medalla de sufrimientos por la patria.
Durante las operaciones del año siguiente señaladas por el mando en las regiones de Larache y Tetuán, es nuevamente condecorado con otra cruz roja y citado como distinguido en la orden de la Comandancia General de Melilla. En este año tiene lugar el desembarco de Alhucemas, en que nuestras tropas conquistaron la playa de la cabecilla y, a sangre y fuego, el monte Malmusi, pereciendo en el cuerpo a cuerpo grandes efectivos de neutras tropas. Con su bandera, es Piris trasladado como refuerzo a este territorio donde se hace acreedor a una nueva cruz roja y a otra citación como distinguido en la orden general del norte de África.
En tanto, Abd-el-krim ha abandonado a los suyos, acogiéndose a la clemencia francesa, pero el escenario sangriento y fanático sigue extendiendo, teniendo nuestros hombres que penetrar en las montañas del Rif. Corre el año 1927 cuando del pecho de nuestro biografiado prende otra cruz roja y una segunda medalla de sufrimientos por la patria.
Termina por fin la insurrección marroquí o la llamada guerra de África, después de dieciocho largos años en lo que se fue lo más granado de nuestra juventud. Tiempo después, Piris, en reconocimiento de los servicios prestados, sacrificio de entrega, valor, etc., es agraciado con la Cruz de María Cristina, y en 1930 consigue su primera estrella de seis puntas.
1934 es un año luctuoso de revoluciones, con un Tábor de Regulares y tres Banderas Legionarias, cruza el estrecho -según consejos del general Franco al gobierno-. Es herido por quinta vez, siendo su actuación premiada con otra dorada estrella. Es ya teniente legionario.
Su Hoja de Servicios es impresionante. Más de cincuenta acciones de guerra en las que participa con denodado heroísmo le proporcionan una catarata de condecoraciones y reconocimientos por entidades públicas y privadas. Entre sus Recompensas Militares destacan: La Medalla Militar Individual, la Cruz de María Cristina (al valor distinguido en campaña), ocho Cruces Rojas del Mérito Militar, la Medalla de Marruecos, la Medalla de la Campaña (1936-1939), la Medalla de Sufrimientos por la Patria, con tres pasadores, la Cruz y Placa de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo, la Cruz del Mérito Militar con Distintivo blanco , la Orden de la Medhauía, concedida por el Sultán de Marruecos y tres Medallas Militares colectivas. Fue propuesto tres veces para la Cruz Laureada de San Fernando y otras tres para la Medalla Militar Individual (que al final se la concedieron). Obtuvo cuatro ascensos por méritos de guerra y en otras dos ocasiones fue propuesto para este tipo de ascensos. Fue herido grave diez veces en campaña (con lo que adornaba la manga izquierda de su uniforme con una impresionante “raspa” de diez ángulos dorados, uno por cada herida), y en fin, fue citado en distintas Órdenes de Operaciones como “distinguido” y “Muy distinguido” en ¡Treinta y tres ocasiones!
Por cuanto antecede y en atención a su brillantísimo Historial, S.E. El Jefe del Estado, Excmo. Sr. D. FRANCISCO FRANCO BAHAMONDE (a cuyas inmediatas órdenes había servido Piris en sus primeros años en El Tercio) por Decreto del día 2 de agosto de 1961 lo ascendió, con carácter excepcional, al empleo de Teniente Coronel Legionario, siendo el único, en toda la ya larga historia de La Legión, en alcanzar tan alta graduación. Con el empleo de teniente coronel, participa en cuantas ceremonias se organizan en los Tercios, y allí acude siempre el teniente coronel Piris, con su camisa legionaria arengando a los legionarios desde la tribuna, cuál mítico guerrero de César o de Alejandro Magno. Y vinculado a La Legión continúa hasta su fallecimiento en Madrid, el 28 de abril de 1980.
Fuente: Del Comandante de Infantería Ángel Cañete Páez
Foto: Teniente Coronel Legionario D. Domingo Piris Berrocal, Medalla Militar Individual.

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