Este personaje es muy popular y es
quizás el mito más generalizado en Colombia, prueba de ello es que recibe
diferentes nombres y que está muy presente en muchas tradiciones indígenas.
Se dice que el Mohán era un hechicero que tuvo la
visión de la llegada de los españoles, antes de que se produjera, y de los
horrores que acarrearía la conquista con lo que decidió refugiarse en la
montaña convirtiéndose así en el dios de los ríos. Tiene forma humana, aunque
de unas proporciones gigantescas, guarda
y protege los montes y habita en el fondo de los ríos. Es una especie de sátiro y dicen que le gusta
asomarse para ver bañarse a las muchachas.
En la mitología tolimense es muy
popular y se le considera como el dios más legendario. Se le llama también, el Poira, cuando se le caracteriza como
perseguidor de las jóvenes casaderas. Se le describe como un viejo indio de
tamaño gigantesco, de aspecto demoníaco, cubierto de pelo y con una larga
cabellera, cabeza greñuda, ojos brillantes, boca muy grande y unas larguísimas
uñas.
Vive en los montes cerca de los
meandros de los ríos donde aprovecha para calentarse con el sol matutino. Se dice
también que se ha visto fumando y tocando el tiple. Dicen que es de carácter juguetón,
mujeriego y libertino. También se dice que es antropófago y que rapta a niños a
los que se come asados una vez que les ha chupado la sangre.
Para calmarlo es costumbre
dejarle tabaco en las rocas al borde de los ríos ya que se le considera un gran
fumador.
Fotos: Representaciones del Mohán o el Poira.
No hay comentarios:
Publicar un comentario