lunes, 30 de diciembre de 2013

La leyenda de Jimena Blázquez

Representación de la lucha de Jimena Blázquez
La historia medieval española está llena de leyendas, héroes y heroínas que se confunden entre la realidad y la imaginación popular. Una de estas populares leyendas se cuenta en el sitio de Ávila por las tropas musulmanas en plena Reconquista.
Según cuenta la leyenda, hacia 1109 cuando las tropas que defendían Ávila tuvieron que salir de la ciudad hacia el puerto de Menga a combatir, los musulmanes conocedores de la desprotección de la misma, ya que no había suficientes soldados para defenderla, decidieron atacarla.
Antes de partir hacia Menga,  los abulenses habían nombrado gobernadora a Jimena Blázquez, la mujer del alcalde, ya que éste había partido con las tropas. La víspera del ataque, Jimena tuvo conocimiento del avance del ejército musulmán hacia la ciudad, debido a lo inmediato de la situación y ante la imposibilidad de poder pedir ayuda exterior, reunió a los pocos hombres que quedaban, a todas las mujeres, ancianos y niños disponibles, los vistió de soldados y los repartió por toda la muralla con teas encendidas.
Dibujo de Fran Tapias sobre la Leyenda de Jimena

Cuando el ejército musulmán se encontraba al pie de las murallas, Jimena ordenó a los improvisados defensores a tocar las trompetas y lanzar gritos de guerra contra ellos. Según se cuenta, la propia Jimena tomó parte en la lucha desde la Puerta de San Vicente.
Estatua de Jimena Blázquez en Ávila
Los musulmanes al ver esto, detuvieron su avance y se retiraron pensando que la ciudad no había quedado tan desprotegida como creían. Abdalha Alhazén, que mandaba las tropas musulmanas ordena la retirada hacia Talavera. Fue así como sin intentar siquiera el asedio de la ciudad, los musulmanes se retiraron humillados.
Se cuenta también que desde entonces las mujeres abulenses tuvieron el privilegio de participar en las reuniones del Ayuntamiento.
Jimena Blázquez tiene una estatua conmemorativa en la Plaza de la capital abulense que lleva su nombre y en la base del pedestal se encuentran una placas conmemorativas que cuentan la historia de esta heroína.

La posibilidad de que la Ávila fuera asediada por los musulmanes no está documentada de una forma fehaciente aunque las correrías desde los reinos meridionales si debieron ser constantes y es posible que, de alguna forma pudo ocurrir.

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