martes, 25 de mayo de 2010

Historia de Bosnia y Herzegovina (II)


BOSNIA:
Formó parte de la provincia romana de Iliria. Debe su nombre al río Bosna, palabra de origen ilirio que significa “corriente o fluir de agua”. Fue eslavizada a partir del siglo VII por una tribu de la familia de los croatas y sobre todo por los serbios. Se constituyó muy pronto en principado gobernado por un ban. A partir del siglo X, fue objeto de las ambiciones de los búlgaros, quienes se anexionaron la parte occidental del país (927) e impusieron su soberanía al resto, constituido en principado gobernado por el serbio Žaslav (928-960).
Por su posición geográfica, Bosnia estuvo amenazada por los bizantinos hasta 1025, por los húngaros en los siglos XII-XIII y por los turcos en el siglo XV. Los reyes de Hungría Kolomán (a principios del siglo XII) y Bela IV (a partir de 1250) intentaron en vano integrar Bosnia en su reino, y se vieron obligados a respetar la autonomía del país, mantenida por los banes Kulín (antes del 1180-1204) y Mateo Ninoslav (1233-1250). En el siglo XIV, a pesar de la lucha por el poder que enfrentó a las grandes familias (los Kotromanič y los Žubič), Bosnia consiguió asegurar su independencia hasta orillas del Adriático, gracias a Esteban II Kotromanič (1322-1353), frente a las influencias de la corte de los angevinos de Hungría, en la que se educaban los hijos de los príncipes de Bosnia, y frente al imperio serbio de Dučan. La región de Hum (futura Herzegovina) y el litoral hasta Ragusa (actual Dubrovnik) fueron controlados por este príncipe. Su sobrino y sucesor, Tvrtko I († 1391), se hizo proclamar en 1377 rey de Serbia y de Bosnia junto a la tumba de San Sava, en el Monasterio de Mileševa y participó con los serbios en la lucha contra los turcos (derrotas de Marica en 1371 y de Kosovo en 1389).
A partir del siglo XIII, se había implantado fuertemente una herejía maniquea próxima al catarismo, el bogomilismo, por cuyo motivo se produjeron las cruzadas de 1239 y 1245, la triple intervención en Bosnia del rey Segismundo de Hungría (1405, 1407 y 1410-1411), el envío de misiones franciscanas, que llegaron a convertir al rey Tvrtko II Tvrtkoviž (1404-1409) y las persecuciones de los últimos reyes de Bosnia, surgidos de una oscura dinastía: Esteban Tomás (1443-1461) y Esteban V Tomačeviž (1461-1463). Debilitado el país por esta herejía y por las luchas entre los señores locales, se vio precisado a pagar tributo a los turcos desde 1436. La ocupación de Bosnia, realizada en pocos días por el sultán Mehmet II (mayo-junio 1463) provocó la desaparición de la herejía, muy probablemente a causa de la conversión de sus adeptos al Islam.
Con excepción del norte del territorio y de su capital, Jajce, ocupadas por el rey de Hungría, Matías Corvino, Bosnia constituyó una marca avanzada del Imperio Otomano, administrada por un bajá. La región se islamizó con rapidez, gracias, entre otros motivos, al interés demostrado por los grandes propietarios en convertirse a fin de conservar sus privilegios. Después de veinte años de heroica resistencia dirigida por el duque (herzeg) Esteban Vukđiž (1435-1448), posteriormente duque de San Sava (1448-1466), el territorio de Hum (Herzegovina) fue anexionado al vilayato de Bosnia.
Desde mediados del siglo XVI, con el gran visir Sokullu Mehmet, hasta el siglo XVIII, los sultanes pusieron en el gobierno a los miembros de las grandes familias de Bosnia vinculadas al Islam. No obstante, después de la victoria del príncipe Eugenio en Zenta (1697), la provincia se sublevó y los Habsburgo, que deseaban destruir esta base avanzada turca en el camino de Viena, la anexionaron temporalmente, desde 1718 (Tratado de Passarowitz) hasta 1739 (Tratado de Belgrado). Recobrada por los turcos, siguió vegetando hasta principios del siglo XIX, época en que la emancipación de Serbia por Gjorgje Petrovich Karagjorgje hizo despertar la idea nacional, particularmente entre los campesinos que habían permanecido católicos u ortodoxos, casi todos muy pobres y hostiles a los funcionarios turcos y a los grandes propietarios eslavos islamizados. Las perturbaciones fueron multiplicándose hasta que finalmente estalló la insurrección en Herzegovina (1875) y en Bosnia (1876). Las matanzas realizadas por las fuerzas irregulares turcas (bachi-buzuks) provocaron la intervención de Rusia contra el Imperio Otomano. Austria-Hungría, que había ofrecido su mediación, obtuvo con tal motivo, y como precio de su neutralidad, la administración provisional de Bosnia-Herzegovina, que por otro lado continuó bajo soberanía turca (Congreso de Berlín de 1878). Un protocolo anexo al Tratado de los Tres Emperadores (1881) reconocía incluso que Rusia no se opondría a una verdadera anexión, para la cual sirvió de pretexto la revolución de los «Jóvenes turcos» de 1908.
Las potencias europeas, en particular Inglaterra, se resistían a reconocer la anexión. Rusia se declaró formalmente opuesta a ella, subordinándola a concesiones a los Estados balcánicos. La actitud resuelta de Austria-Hungría y el apoyo incondicional de Alemania solucionaron la crisis, durante la cual Bosnia fue objeto de una gran concentración de tropas. La hostilidad de los bosnios hacia los austríacos y las reivindicaciones serbias condujeron al asesinato, en Sarajevo, del archiduque Francisco Fernando el 28 de junio de 1914, causa directa de la primera guerra mundial.
En noviembre de 1918, Bosnia proclamó su unión al nuevo Estado Yugoslavo, que se encontró con el grave problema de la asimilación de los musulmanes. Bosnia se opuso a la centralización, que los serbios ortodoxos y los croatas católicos deseaban realizar en provecho propio, y asimismo combatió la reforma agraria, perjudicial para los intereses de los grandes propietarios, agrupados en la Unión de Musulmanes Yugoslavos de Mehmet Sapho, muy vinculada al Partido Agrario Croata.
Agregada al Reino de Croacia (1941-1945), pasó a formar parte de Yugoslavia y fue constituida en República para evitar las reivindicaciones que serbios y croatas mantenían sobre ella. Pero al ser una de las Repúblicas Yugoslavas más subdesarrolladas se produjeron en ella reacciones nacionalistas en 1971 y su territorio volvió a ser reivindicado por los nacionalistas croatas en 1973.

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