En 1314, la prolongada
guerra entre ingleses y escoceses culminó con el sitio del Castillo de Stirling,
a manos de las fuerzas de Roberto I Bruce de Escocia.
El rey inglés Eduardo
II conformó una fuerza de ayuda de 2500 hombres armados de caballería y 14000
de infantería para llevarlos al norte de la frontera y enfrentarse allí a los
10 000 efectivos de infantería y 300 de caballería ligera de Roberto I.
La encerrona
Los ingleses deben
haber recordado su victoria frente a los escoceses en Falkirk, en 1298, cuando
las tropas de Eduardo I rompieron los shiltrons escoceses (formaciones muy compactas de infantería con una formación
de lanza) con arqueros y caballería. El 23 de junio, las tropas de Eduardo se
aproximaron a Stirling, desde el sur, por un terreno pantanoso conocido como "Carse".
A lo largo cruzaba el Bannockburn, una corriente de más o menos 5 km de
longitud, y un punto que habría servido para que cruzaran las tropas inglesas.
Conforme se acercaban al claro, los soldados ingleses descubrieron que, a los
lados de la corriente y en los campos circundantes, los escoceses habían cavado
agujeros de poca profundidad con palos afilados en el fondo. Numerosos hombres
y caballos resultaron heridos al caer en estos hoyos, pero los ingleses
persistieron. El primer choque real de armas ocurrió cuando el guerrero inglés
Henry de Bohun se enfrentó a Roberto Bruce en un combate cuerpo a cuerpo. En un
instante, Bruce abatió al caballero inglés con un hacha de guerra. Esto causó
un gran desánimo en las tropas inglesas. Además, una unidad de 300 hombres de
caballería, no logró penetrar un bloqueo defensivo de 300 escoceses armados con
picas y organizados en shiltrons. Se descartó el cruce del claro, y los
ingleses acamparon para pasar la noche. El ejército inglés fue llegando a
cuentagotas durante el día.

El Ataque
Para sacar partido de
la confusión que reinaba entre los ingleses, Roberto efectuó un ataque
contundente al amanecer del 24 de junio. Los escoceses salieron por sorpresa de
los bosques circundantes a las 3:00 a.m. y se abalanzaron hacia el campamento
británico. El ataque impidió que los arqueros y la caballería ingleses tuvieran
tiempo de disponerse en formación. Además, la caballería tuvo que combatir a pie,
desplazándose con dificultad sobre el suelo fangoso. Eso dio ventaja a los shiltrons.
Los ingleses se dejaron llevar por el pánico, y el único momento de lucidez
fue cuando un grupo de arqueros comenzó a diezmar escoceses. Sin embargo, cerca
de 350 jinetes escoceses acabaron con ellos. La derrota inglesa era inevitable.
Eduardo II huyó,y la tropa inglesa se desmoronó por completo.
Fotos: Roberto I Bruce se consolida, tras esta victoria como rey de Escocia. Desarrollo de la Batalla.
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