El 7 de enero
de 1921 el cabo Baltasar Queija Vega, de la 6ª Compañía, caía abatido por un disparo mientras protegía la aguada de Zoco el
Arbaa, cerca de Tetuán. La Legión todavía no había entrado en
combate, pero sufría su primera baja mortal. Quince días después los
legionarios participarían en su primera acción de guerra, junto al campamento
de Ben Karrich, cuando, tras haberse extraviado, fueron atacados por unos
merodeadores; la acción se saldó con un muerto y cuatro heridos.
Baltasar
Queija de la Vega fue el primer legionario caído en acto de servicio. Había
nacido el 21 de mayo de 1902 en Riotinto, Huelva, y había sido destinado a la 2ª
Bandera de La Legión el 9 de octubre de 1920, con apenas 18 años.
En
sus bolsillos encontraron un poema dedicado a La Legión que lo convirtió en la
imagen del poeta legionario:
Por ir a tu lado a verte/ mi más leal compañera'; me
hice novio de la muerte'; la estreché con lazo fuerte/ y su amor fue mi
¡Bandera!
El
teniente Coronel José Millán Astray, Jefe de La Legión, hablaba así de él:
"Baltasar
Queija de la Vega, el infantil poeta, fue el primer legionario que murió en
combate. Era un niño, de inteligente mirada y espontánea presteza. Hizo los
versos, de todos conocidos, de exaltada pasión y espíritu guerrero; fue el
trovador de la 2ª Bandera, y cantó, como el cisne, para luego morir. Parece una
novela, más sus compañeros lo aseguran: cierto día, a los pocos de salir al
campo, dicen que recibió una carta fatal. Allá en su pueblo acababa de morir la
mujer de sus amores, y el poeta en la exaltación de su dolor, se emplazó a sí
mismo invocando el unirse a la muerta con la primera bala que llegase. En el
primer ataque al campamento hubo una sola baja, un legionario muerto: Baltasar
Queija de la Vega. ¡Quién sabe si la sencilla leyenda es hija de otro
poeta!".
Cierta
o no la historia, se convirtió en el modelo que inspiró el célebre "Novio
de la Muerte".
Foto:
El cabo Baltasar Queija de la Vega
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