El Castillo de la Mota se encuentra situado en el cerro, o mota, en el que se asentaba la primitiva ciudad de Medina del Campo, en la provincia de Valladolid, en la confluencia de los ríos Adajuela y Zapardiel.
Su origen es algo confuso. Es durante la repoblación efectuada en la zona en el siglo XI cuando se fortifica y se independiza de la villa de "La Mota". En 1390 Juan I de Castilla dona la villa y la fortaleza a su segundo hijo Fernando de Antequera, futuro rey de Aragón tras el Compromiso de Caspe. Los enfrentamientos entre Juan II de Castilla y los Infantes de Aragón provocaron que la villa estuviera alternativamente dividida en manos de uno u otro bando, pero será tras la batalla de Olmedo en 1445 cuando la Mota queda definitivamente bajo poder real, compatibilizando sus funciones militares con las de archivo y prisión.
El actual castillo se configura en 1440 según la orden del rey Juan II de Castilla, por la familia Fonseca, probablemente sobre las ruinas de la fortaleza musulmana. Fue diseñado por Fernando Carreño y Alonso Niño, y construido por dos artistas árabes, Abdala y Alí de Lerma. En 1460 Enrique IV ordena la construcción de la torre y entrega la fortaleza al arzobispo de Toledo, cuya traición la devuelve al dominio aragonés. El Acuerdo de los Toros de Guisando en 1468, entrega la fortaleza y la villa a Isabel, pero el rey se la quitará para entregársela a su hija Juana, quedando la fortaleza en manos del arzobispo de Sevilla, Alonso de Fonseca, hasta su muerte en 1473. Su sobrino debe llegar a un acuerdo con los medinenses que querían tomar el castillo y lo entrega al duque de Alba, a quien se lo reclaman los reyes en 1475 para entregarlo a Alfonso de Quintanilla, guarneciéndola con armas y artillería; se construye entonces la barrera de artillería, terminada en 1483, como indica la fecha grabada junto a los escudos de los Reyes Católicos en la entrada principal. En época de los Reyes Católicos, fue fortalecido y se convirtió en el mejor castillo europeo en la modalidad de transición. Su barrera exterior, con cubos cilíndricos y dotada de galerías subterráneas, fue la más avanzada de su época. En él residió Juana la Loca.
Durante la Guerra de las Comunidades en 1520-21, la fortaleza permanece fiel a la corona, pese a que Medina era comunera. Posteriormente fue prisión de Estado y encerró importantes personajes de la vida política, como Hernando Pizarro, Rodrigo Calderón o César Borgia, llamado Duque Valentino, intrigante personaje del Renacimiento a quien el Gran Capitán hizo prisionero en Nápoles. Encerrado en este castillo por orden del Rey Católico, pudo huir gracias a la complicidad con el conde de Benavente y se refugió en Navarra ya que el rey, Juan de Albrit, era hermano de su esposa.
El Castillo consta de dos recintos: el exterior está formado por la barbacana que lo rodea completamente, hecha de hormigón y ladrillo, y en un estilo decididamente mudéjar. A él se accede cruzando el foso por un puente levadizo, hoy fijo, defendido por torres cilíndricas. En este recinto se encuentran complicadas galerías subterráneas de tiro, almacenes, mazmorras y pasadizos. Sobre la puerta de entrada se encuentran las armas de los Reyes Católicos sin la granada y las cadenas de Navarra; el interior está formado por cuatro torres y un patio cuadrado en el que se disponen las distintas dependencias del castillo, bodegas, cuadras, etc.. En este recinto se conserva una estrecha cámara, del siglo XV, cubierta con bóveda policromada de estilo mudéjar, denominada Mirador de la Reina. La fabulosa Torre del Homenaje, la más alta de Castilla, es una gruesa torre de 40 metros de altura construida en ladrillo, que presenta dos garitones y está coronada por un balconcillo con almenas. Posee varios pisos con cámaras abovedadas y se encuentra decorada con ricos artesonados mudéjares.
En mayo de 1939, el Castillo de La Mota fue cedido por el Jefe del Estado a la Sección Femenina de la Falange para que lo restaurase y lo dedicase a fines formativos y culturales, iniciándose inmediatamente las obras. El 21 de julio, por medio de una Orden Especial, se encargó la reconstrucción del castillo a Pedro Muguruza y Otaño, Comisario de Defensa del Patrimonio Artístico Nacional, que nombró arquitecto a Francisco Íñiguez Almech y a Pedro Hurtado Ojalvo como aparejador-ayudante. La dirección artística corrió a cargo del marqués de Lozoya, en una reconstrucción que respetó básicamente las trazas de la distribución doméstica original, salvo el patinillo de entrada y los accesos a la Torre del Homenaje, distorsionando al adosar a ésta las construcciones domésticas modernas.
Posteriormente fue transferido a la Junta de Castilla y León y actualmente está adscrito a la Consejería de Cultura y Turismo que está recuperando los fosos y el puente levadizo. A finales del mes de Julio de 2010 fue abierta al público la torre del homenaje, tras una restauración y adecuación de la misma.
El Castillo de La Mota, es reconocido como una de las obras de arquitectura militar más importante del Renacimiento europeo.
Fotos: Vistas del Castillo de La Mota .y de la Torre del Homenaje, realizadas por el autor. Dibujo a plumilla de Juan Antonio del Sol Hernández.
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