La
Batalla del Puente de Stirling tuvo lugar el 11 de septiembre de 1297 entre los Ingleses, que habían ocupado
Escocia, y los escoceses, que se rebelaron al dominio inglés de la mano de William Wallace y Andrew Moray. El desastre
inglés en el Puente Stirling, , fue resultado de otro intento fallido de sofocar las
rebeliones escocesas.
La
expedición inglesa estaba a cargo de John de Warrenne, conde de Surrey, quien
había sido nombrado gobernador de Escocia por el rey Eduardo I que se encontraba
en plena guerra contra Francia. Al conde de Surrey le acompañaba Hugh de
Cressingham nombrado tesorero de Escocia.
Los
ingleses se quedaron bloqueados por el río Forth sin saber que los escoceses ya
estaban en las proximidades de Cambuskenneth Abbey, un lugar elevado y que
dominaba el curso del río. Estos guiados por William Wallace y sir Andrew
Murray, formaron un ejército integrado en gran parte por campesinos, con un armamento
muy rudimentario pero contaba con la inestimable ventaja del perfecto
conocimiento del terreno, lo que no les ocurría a los ingleses, quienes
pensaron en cruzar el río de la manera más favorable, siendo la ruta más fácil
el angosto puente de madera de Stirling y es por aquí por donde el inexperto
conde de Surray decidió cruzar haciendo caso omiso a las indicaciones de soldados
más veteranos y experimentados, como sir Ralph Lundy, que indicaron que más al
norte había un paso más seguro para la caballería, ya que por el puente de
Stirling sólo podía cruzarse en una columna de dos.
Warrenne
dio la orden de cruzar por el puente de madera. A la cabeza de la formación
iban sir Marmaduke Twenge y Hugh de Cressingham, estaban cayendo en su propia
trampa. El terreno al otro lado del río era un terreno pantanoso e inadecuado
para el movimiento de la caballería. Además, el meandro del río impedía a los
ingleses desplegar en las condiciones adecuadas para presentar batalla. Mientras
Wallace esperó a que hubiese pasado el río la mitad del ejército inglés para
atacar, lo que hizo que los ingleses no estuviesen preparados para repeler el
ataque escocés ni que pudiesen recibir refuerzos del resto del ejército que
todavía no había cruzado el río. Se produjo una tremenda escabechina, los
escoceses aniquilaban a la caballería inglesa que no podía moverse
adecuadamente en el terreno pantanoso. En pocas horas el ejército inglés había
sido completamente aniquilado. Hugh de Cressingham fue desollado y exhibido como
trofeo.
Los
ingleses perdieron cerca de 6.000
hombres por 1.000 de los escoceses. Tras esta victoria, Wallace y Moray fueron
nombrados "Lores Protectores de Escocia" y se adentraron en territorio
inglés hasta Newcastle hasta que fueron derrotados, al año siguiente, por
Eduardo I en la batalla de Falkrik, en la que los nobles escoceses traicionaron
a Wallace.
En
esta batalla se forjó la leyenda de William Wallace considerado como héroe
nacional de Escocia y que fue llevada al cine de la mano de Mel Gibson en
"Braveheart".
Fotos: Cuadro del paso de los ingleses por el puente de Stirling. Desarrollo de la batalla y estatua de William Wallace en Stirling.
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