miércoles, 21 de marzo de 2012

La civilización Mohica o Moche


La cultura Mochica, también llamada cultura Moche, se desarrolló en la costa norte del Perú durante los siglos I y VII d.C., en la árida costa comprendida entre la cordillera de los Andes y el Océano Pacífico, allá donde los ríos Lambayeque, Jequetepec y Chicama envuelven con sus aguas a la zona comprendida entre las ciudades de Lambayeque y Trujillo.
Esta civilización precolombina fue contemporánea a la cultura Nazca que ocupó la costa sur del Perú.
Investigaciones recientes apuntan a que dominaron dos grandes regiones separadas por el desierto de Paiján, espacios diferentes, uno al norte y otro al sur, que no impidieron, como demuestran sus restos arqueológicos, que compartieran la misma identidad cultural.
La sociedad Mochica era una sociedad muy avanzada para su tiempo, estaba muy jerarquizada, rendían culto al Sol, a la Luna y a otros dioses, especialmente al feroz Sia Paec. Estaba  organizada por clases, con los campesinos y mendigos en su estamento más bajo, los artesanos y sirvientes en el intermedio, y los sacerdotes en la más alta. Finalmente el señor era el que se situaba en la cima más alta de la pirámide social. Sin embargo, y a pesar de esta fuerte división social, los mochicas eran seres que disfrutaban de la vida como demuestran sus pinturas y cerámicas. Les gustaba beber e incluso emborracharse. Bailaban con frecuencia, y en cuanto al sexo no tenían prejuicios éticos y morales, pues, siempre según las cerámicas encontradas, practicaban las más diferentes formas de coito, predominantemente el anal y el bucal.
Las primeras aldeas de las que se tiene constancia están en la desembocadura del río Jequetepec, pero su núcleo principal se asentó en el valle del río Moche, donde se construyó una ciudad sagrada que fue sede del gobierno mochica. Sus principales restos son las Huacas del Sol y de la Luna, auténticos palacios de los señores mochicas, que eran los gobernantes, los que tenían un poder absoluto fuera de todo control y de transmisión dinástica. Era tal la fuerza que tenía la religión en esta sociedad que los sacerdotes jugaban un papel importantísimo en el gobierno del pueblo, hasta el punto de considerarse a la sociedad moche como teocrática.
Los Moche eran extraordinarios ingenieros hidráulicos, en todos los territorios que ocuparon realizaron grandes obras de irrigación: canales, acueductos y represas que llevaban el agua de los ríos hasta sus tierras de cultivo. De este modo fueron capaces de transformar la enorme franja desértica peruana en una  excelente zona agrícola, productora de maíz, yuca, patata, chirimoya, papaya y cacahuete.
También fueron excelentes navieros, fabricando los llamados "caballitos de totora", embarcaciones de pesca, además hicieron otras embarcaciones mayores con las que alcanzaron lejanos territorios que sometieron por la fuerza.
Aunque las piezas que más nos asombran son los pequeños útiles de cerámica que han llegado hasta nuestros días, vasijas-retrato de gran realismo y cuencos en colores rojo, naranja y a veces también negro humo, que representan escenas de la vida cotidiana o imágenes relacionadas con sus mitos y ceremonias.
Entre los años 600 y 700 d.C., la cultura Mochica desapareció misteriosamente, aunque todo apunta a que treinta años de sequía, seguidos de fuertes inundaciones provocadas por la corriente del Niño, y a continuación la invasión del imperio Huari de Ayacucho, fueron los responsables de su desaparición.
A mediados del siglo XX, el arqueólogo peruano Rafael Larco Hoyle recuperó su memoria con la publicación de numerosas investigaciones sobre ellos. Tanta es la importancia del descubrimiento del conocido como el Señor de Sipán, que se ha llegado a considerar como uno de los más importantes descubrimientos arqueológicos que se han hecho en el siglo pasado.

Foto: Cerámicas escultóricas de la cultura mochica.
Fuente: http://historiageneral.com, http://sobrehistoria.com y http://artefotosydibujos.blogspot.com.es.

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