jueves, 7 de abril de 2011

Las mentiras del nacionalismo catalán (III)

Otra de las grandes mentiras del nacionalismo catalán y que se cae por sí sola, solo hay que leer "bien" la historia para darse cuenta de ello, es la de que la Diada "día nacional de Catalunya", es el símbolo de la resistencia nacional catalana contra el imperialismo castellano. Según el nacionalismo catalán, "el centralismo y el espíritu colonizador de Castilla hacia Cataluña se fue intensificando hasta que en 1714, durante la Guerra de Sucesión, Castilla y Francia aliadas, vencieron a Cataluña, Inglaterra y Austria". Esto es simplemente mentira y totalmente falso.

El 1 de noviembre de 1700 moría Carlos II declarando como sucesor al Duque de Anjou, Felipe de Borbón, hijo segundo del Delfín de Francia y nieto de Luis XIV. El nuevo rey, Felipe V, de tan solo 17 años de edad, entró en España el 22 de enero de 1701 por Irún, llegando a la Villa y Corte de Madrid el 18 de febrero donde se alojaría en el Palacio del Buen Retiro, aunque la entrada oficial y triunfal no tendría lugar hasta el 14 de abril de ese mismo año. Comenzaba el reinado del primer Borbón en España.

La postura de Cataluña, y del resto de España, hacia el nuevo Rey fue de gran apoyo. Las manifestaciones populares y oficiales en su favor fueron generales y la literatura panegirista exaltó al nuevo monarca y a la nueva dinastía, salvando incluso el hecho de que Felipe V fuese francés. Así, el catalán Raymundo Costa escribía en su “Oración panegírica” (1701):


Felipe quinto para Cataluña no es extraño, sino patricio, Natural, y buen Catalán, quando la Sangre Real, que alienta sus venas ha salido de los cristales transparentes de esta perenne y clara fuente de Nobleza del Principado de Cataluña”.


Por su parte, el también catalán Francesc Brú señala en su “Lamentación fúnebre” (1700):


el Rey es español por más que haya nacido en Francia. Porque los reyes toman la naturaleza de la Corona, no de la cuna; de los reinos en que mandan, no de las tierras en que nacieron [...] venga a España el serenísimo Felipe de Francia y será más español que nosotros, pues a nosotros nos hizo españoles la tierra, y a Felipe el Cielo, a nosotros la cuna y a Felipe la Corona”.

Del 24 de septiembre de 1701 al 8 de abril de 1702, Felipe V visita Cataluña, con el objetivo principal de la celebración de Cortes. Cataluña esperaba llena de expectación la primera visita del nuevo Rey, una visita especialmente esperada, pues hacía setenta años, desde que en 1632 lo hiciera Felipe IV, que un soberano español no visitaba el Principado.

A medida que el Rey se iba acercando a la capital catalana aumentó el número de personalidades que se adelantaban a recibirle y darle la bienvenida: Universidad de Barcelona, oidores del General de Cataluña, el Consell de Cent, destacando el discurso del Conseller en Cap:

“Senyor, la Ciutat de Barcelona se postra humil als Reals peus de V.M. en protestació de son verdader rendiment, y ab expressió del imponderable jubilo ab que celebra lo feliz arribo de V.M. gloriantse de la ditxa li cap, que V.M. la favoresca ab sa Real presencia, y si be est tan rellevant favor, lo te sa innata fidelitat a agigantat […]”.

El 8 de abril de 1702, y obligado por el inicio de las acciones bélicas, Felipe V dejaba Barcelona poniendo rumbo a Italia en medio de un clima general de fidelidad y amor al monarca

En realidad, el 11 de septiembre de 1714 lo que ocurrió fue la entrada de las tropas de Felipe V a Barcelona que estaba bajo dominio francés. En el asedio a Barcelona participaron miles de catalanes integrando el ejército borbónico. Otros tantos catalanes sitiados en Barcelona lucharon para la que estimaban como legítima dinastía española y de la "libertad de toda España".

No sólo eso, sino que un siglo después en la Guerra de la Convención. Los catalanes participaron con entusiasmo en defensa de su religión, su rey y su patria contra los revolucionarios franceses. De hecho se puede leer en el Diario de Barcelona del 1 de octubre de 1792 un Soneto Catalá celebrando la toma de la localidad rosellonesa de Bellaguarda:


" Vallesir, Rosseló, la França entera
del valor espanyol lo excés admira:
Ya espera resistir, ya desespera:
ya brama contra el Cel, però delira:
que lo cel es qui vol que torne a Espanya
lo Rosselló, Navarra y la Cerdenya".

Esto es lo que hay, aunque a algunos no les guste.

Foto: Portada del Fenix de Cataluña de Feliú de la Penya. Facsimil del original de 1683.

2 comentarios:

  1. Debo confesar que me he perdido un poco con esta historia, ¿y el archiduque Carlos?. Me dá a mí que tan pacífica no fué la llegada de Felipe V.
    Fíjate que hay un pueblo en Valencia, Xátiva para ser exactos,que tiene su retrato colgado cabeza abajo.Por algo será...

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  2. Pacífica no ha sido la llegada de un rey casi nunca en España. Lo que he querido decir con esto es que Cataluña mostró apoyos a Felipe V como cualquier otra región española y no estuvieron siempre oprimidos por Castilla como pretenden dar a entender con la celebración de la Diada. Sobre lo del cuadro es posible puesto que desde 1714 han pasado casi trescientos años y le hemos dado tantas vueltas a la historia, que lo que me sorprende es que todavía lo tengan, aunque sea boca abajo y no lo hayan quemado.

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