ORÍGENES DE LA CRISIS
Los orígenes de la crisis deben entenderse en términos de una nueva ola de nacionalismo que hizo uso de la historia en su propio beneficio. Durante los años 80 intelectuales nacionalistas de Belgrado, comenzaron a explotar la discriminación sufrida por los serbios de Kosovo y a denunciar el “genocidio” de los serbokosovares. Kosovo, aunque habitado fundamentalmente por albaneses, se constituyó en el símbolo de las aspiraciones nacionales de las dos comunidades.
Fue precisamente este nacionalismo el que condujo al encumbramiento de Slobodan Milosevic y a la adopción oficial de un nacionalismo serbio extremista.
La anulación de la autonomía de Kosovo y la disolución de su asamblea en julio de 1990 fue seguida por una política de Belgrado orientada a modificar la composición étnica de Kosovo: restricciones de ventas de propiedades a albaneses, incentivos para los retornos de serbios y montenegrinos, planificación familiar para los albaneses, etc., La reacción albanesa fue el aglutinamiento político en torno al LDK. (Liga Democrática de Kosovo) que bajo la dirección de Rugova, principal figura del movimiento albanés, establece un sistema de autogobierno paralelo en Kosovo sin precedentes en la historia y con la meta en la independencia de Kosovo.
A partir de la mitad de los años 90, la situación se deteriora rápidamente. La decisión de excluir el problema kosovar de las negociaciones de Dayton de 1995, y la falta de resultados conseguidos por la estrategia de no violencia practicada por Rugova, condujeron a los albanokosovares a concluir que la violencia era la única forma de atraer la atención internacional.
Es precisamente durante este periodo en el que el ELK o UÇK (Ejercito de Liberación de Kosovo) hace su primera aparición violenta asesinando a un policía serbio.
Desde sus orígenes el ELK busca en sus acciones la intervención internacional. Con el colapso en 1997 del sistema estatal albanés por la quiebra total de la banca piramidal, su situación operativa da un vuelco al disponer desde este momento, de armamento y bases para el apoyo logístico y el entrenamiento en territorio albanés. Simultáneamente, el crimen organizado jugó un papel importante en la organización y financiación del conflicto.
Con el incremento de las acciones del ELK la ya de por si persuasiva policía serbia incrementó su acoso a la población kosovar. El gobierno serbio declaró al ELK como organización terrorista lo que justificó todo tipo de registros, detenciones y juicios políticos. La respuesta de Serbia a los ataques iniciales del ELK fue, como era esperado, brutal y dirigido directamente contra la población. La masacre de 58 personas en Prekaze en 1998 se convirtió en el punto de inflexión definitivo que condujo a una escalada imparable hacia el conflicto interno.
Foto: Escudo del UÇK. Wikimedia Commons.
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