sábado, 11 de septiembre de 2010

El Conflicto de Kosovo (V)


EL CONFLICTO ARMADO: LA INTERVENCIÓN DE LA OTAN. (II)
El 22 de marzo de 1999 el Secretario General de Naciones Unidas, Koffi Annan exige que las Fuerzas Armadas Yugoslavas cesen de forma inmediata su ofensiva sobre Kosovo. El 23, el Secretario General de la Alianza Atlántica, Javier Solana, en una carta al Sr. Annan destaca una serie de incidentes que demuestran un rápido empeoramiento de la situación en Kosovo. El mismo día el gobierno yugoslavo, declara el estado de emergencia. El día 24 de marzo a las 20.00 horas local la Alianza comienzan la campaña aérea contra Yugoslavia. El veto de Rusia en el Consejo de Seguridad, había forzado la intervención de la OTAN sin mandato de Naciones Unidas.
La OTAN creyó que una campaña de bombardeo aéreo relativamente corta persuadiría a Milosevic de volver a Rambouillet para la firma del acuerdo. Sin embargo no valoró adecuadamente la reacción del gobierno de Belgrado y la guerra tomó una dirección que sorprendió y conmocionó al mundo. Las fuerzas militares y paramilitares serbias lanzaron una despiadada operación contra la población albanokosovar. A pesar de todos los servicios de inteligencia occidentales, no existían planes de contingencia preparados para el éxodo masivo de la población.
Pero esta operación fue también el error más importante cometido por Milosevic. Los líderes serbios creyeron que el enorme flujo de refugiados crearía en los países vecinos una crisis política que les llevaría a enfrentarse y a retirar el apoyo a la OTAN. Por el contrario, este hecho tuvo como consecuencia el apoyo masivo a la campaña aérea y en contra del gobierno yugoslavo y causó un tremendo impacto en la opinión pública. Sin ello, es posible que la campaña aérea no se hubiera conseguido prolongar durante 78 días.
La campaña aérea de la OTAN fue llevada a cabo entre el 24 de marzo y el 10 de junio de 1999. Aviones de la Alianza procedentes de 13 países realizaron 38.400 salidas, 10.484 de las cuales fueron de combate en las que se lanzaron 26.614 municiones aéreas de diferentes clases. Estados Unidos llevó a cabo el 60% del total de salidas aéreas y más del 80% de las de combate.
Fue una campaña compleja en la que se pusieron a prueba tanto los procesos de decisión político y militar como la conducción y ejecución de la propia operación militar y en la que la superioridad militar y tecnológica de la OTAN fue incuestionable.
En los primeros días, los ataques se dirigieron contra las defensas aéreas y la red de comunicaciones del ejército yugoslavo. Tras cuatro semanas de bombardeo, los líderes serbios mantenían sus posturas iniciales y en la cumbre de la OTAN llevada a cabo el 23 de abril en Washington, la Alianza decidió incrementar la campaña aérea e incluir objetivos en el interior de Serbia.
Simultáneamente, la Alianza comenzó a planear la realización de una ofensiva terrestre a la vez que las diplomacias europea y rusa volvían a buscar la salida negociada al conflicto.
Finalmente, las negociaciones llevadas a cabo a comienzos de junio evitaron la necesidad de la campaña terrestre. El 3 de junio el parlamento serbio aprueba el plan de paz del G8 basado en el final de la represión serbia sobre civiles albaneses, la retirada inmediata de las fuerzas militares, policiales y paramilitares yugoslavas, el despliegue de una fuerza de seguridad internacional y el retorno de los refugiados. El plan establecía que Kosovo mantendría una amplia autonomía dentro de la República Federal Yugoslava, sin que se incluyera un acuerdo sobre el futuro final de Kosovo.
Desde el punto de vista de la República Federal Yugoslava el acuerdo contenía algunas ventajas: Naciones Unidas se hacía cargo de Kosovo en lugar de OTAN, a diferencia de Rambouillet, las fuerzas militares no tendrían acceso a Yugoslavia fuera de Kosovo, Kosovo sería aún formalmente parte de la República Federal Yugoslava y Unidades Rusas formarían parte de la fuerza internacional en Kosovo.
El día 9 de junio se firma en Kumanovo en la frontera con Macedonia, el Acuerdo Técnico Militar (TMA) entre las Fuerzas Internacionales de Seguridad (KFOR) y el Gobierno de la RFY. El 10 se produce simultáneamente el inicio de la retirada de las fuerzas serbias, el final de los ataques aéreos y la aprobación por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas de la resolución 1244 por la que se establecía el marco para establecer una administración civil y una fuerza de seguridad internacional en la provincia.
Apenas hubo bajas durante la campaña aérea, ninguna entre las fuerzas de la Alianza lo que sin duda fue un éxito sin precedentes. Según fuentes serbias al menos 600 soldados fallecieron durante la campaña, la mitad de ellos en enfrentamientos con el ELK.
A pesar del esfuerzo llevado a cabo por la Alianza a fin de evitar bajas civiles se produjeron algunos significativos errores como el bombardeo de la Embajada china el 7 de mayo. El total de bajas estimadas de civiles se eleva a 500 en 90 acciones diferentes.
Se estima que cerca de 10.000 albanokosovares fueron asesinados y 3.000 desaparecieron en manos de las fuerzas de seguridad serbias. Cerca de 863.000 civiles se convirtieron en refugiados y 590.000 en desplazados. Existe igualmente la evidencia de la extensión de violaciones, torturas, saqueos, pillaje y extorsión.
Foto: Mapa del despliegue de la OTAN en Kosovo.

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